Los epítetos, tanto negativos como positivos, que se le han colgado a la figura del dictador y genocida de Augusto Pinochet Ugarte son numerosos y de toda laya. Sin embargo, lo que pocos imaginan es que el fallecido asesino de la historia Chilena, es que era una persona en extremo supersticiosa que cultivó un interés desmedido por el culto religioso mariano, la numerología y los mismos hechos paranormales.
Según se cuenta, el fallecido dictador Chileno fue supersticioso desde muy pequeño, rasgo que habría heredado de su madre. Se asegura, por ejemplo, que Pinochet en su juventud vio al espíritu de su padre cuando éste falleció, el que lo miró de frente antes de desaparecer. “Se acaba de morir el papá”, le habría dicho Pinochet a sus familiares después de presenciar al espectro de su progenitor.
El escritor y cronista Antonio Gil agrega que a Pinochet lo movía un profundo respeto por los fenómenos paranormales, lo que se manifestaba, por ejemplo, en el rubí con un signo astral que usaba en su dedo anular izquierdo. “Su “bruja” de cabecera, por muchos años, fue una señora italiana avecindada en Chile llamada Eugenia Pirzio-Biroli, nombrada alcaldesa de Puerto Cisnes. Pero la señora Pirzio-Biroli cayó en desgracia por no ser capaz de anticipar el atentado en el melocoton, donde el Frente Patriótico Manuel Rodriguez participó, siendo reemplazada de inmediato por Eliana Merino, la que realizaba frecuentes sesiones de espiritismo en el Palacio de La Moneda, a las cuales la CNI le asignaba una importancia crucial. Si hacemos memoria, tras el frustrado atentado ocurrido en el Cajón del Maipo en 1986, fue el propio general Pinochet quien apareció señalando la figura de la Virgen María formada entre las astillas de un parabrisas trizado. Otra asesora en el mundo del ocultismo habría sido Alicia Lizasoaín, amiga íntima de la familia”.El periodista César Parra, quien reveló el oculto lado del controvertido dictador en su libro “Guía Mágica de Santiago”, relata incluso que en 1974 el fantasma de general Carlos Prats, ex ministro del gobierno de Salvador Allende, habría comenzado a penar a Pinochet después de su asesinato en Buenos Aires, en septiembre de ese año.
“Pinochet comenzó a sentir la presencia nocturna del ex comandante en jefe del Ejército. Al comienzo eran sólo ruidos extraños en la casa. El general, supersticioso por herencia materna, insistía en atribuir este deambular sobrenatural a su antecesor en el cargo. Más tarde el ánima de Prats se instalaba a los pies de su cama y no lo dejaba dormir ni a él ni a su esposa Lucía. Finalmente, esto provocó que Pinochet hiciera algunos cambios estructurales en la casa de los comandantes en jefe”.
“Pinochet comenzó a sentir la presencia nocturna del ex comandante en jefe del Ejército. Al comienzo eran sólo ruidos extraños en la casa. El general, supersticioso por herencia materna, insistía en atribuir este deambular sobrenatural a su antecesor en el cargo. Más tarde el ánima de Prats se instalaba a los pies de su cama y no lo dejaba dormir ni a él ni a su esposa Lucía. Finalmente, esto provocó que Pinochet hiciera algunos cambios estructurales en la casa de los comandantes en jefe”.
Esta última persona, esposa de un difunto coronel del Ejército, incluso habría sido la que le habría revelado a Pinochet que su número era el 5. Esa fue la razón, supuestamente, de que el general hubiera enmarcado en su oficina el bando Nº 5 que emitió la Junta de Gobierno a poco de asumir el poder o que haya escogido como fecha para el plebiscito de 1988 el día 5 de octubre.
César Parra, en todo caso, más que hablar de un “pinochetismo esotérico”, asegura que en realidad el fenómeno se redujo “a un catolicismo integrista, a veces sectario, que se manifestaba en la fe mariana. Se enfrentaba al Jesús obrero con apariciones de la Virgen María, en donde ésta atacaba a la Iglesia obrera o defensora de los derechos humanos”.
Como sea que fuere, a 40 años del golpe de estado de 1973, la figura del fallecido genocida de Chile sigue dando que hablar. Se asegura, por ejemplo, que después de su muerte surgieron pequeños grupos de “iniciados” que se reunían en secreto para tomar contacto con su espíritu, exhortándolo a que se manifestara en el mundo de los vivos. Y el famoso escritor e investigador ufológico español Juan José Benítez, autor de la famosa saga “Caballo de Troya”, aseguró incluso que un objeto volador no identificado visitó a Pinochet un día antes del atentado que sufrió en 1986. “Una nave se puso sobre la finca del general en la cordillera y lo vio toda la Policía, todos los escoltas y todos los carabineros. Sacaron las pistolas y se armó todo un lío”, aseguró.
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