miércoles, 16 de octubre de 2013

Posición de la AMR frente a las denuncias de abuso sexual y violaciones al interior de las organizaciones revolucionarias

ASAMBLEA MUJERES  REVOLUCIONARIAS


Posición de la AMR frente a las denuncias de abuso sexual y violaciones al interior de las organizaciones revolucionarias

16 de octubre de 2013

Primero que todo agradecemos la confianza y la oportunidad de manifestar nuestra posición frente a estos hechos puntuales, así como frente a toda situación de abuso al interior de la izquierda revolucionaria.

1. Debemos aclarar que la AMR es una organización revolucionaria autónoma, que si bien rescata la historia heroica del MIR, también nos sentimos identificadxs con todas las luchas revolucionarias de Nuestra América rojinegra.

2. La AMR tiene como principio la lucha antipatriarcal y es en este marco que hemos denunciado, por medio de La Petaquita, situaciones de abuso al interior de organizaciones revolucionarias, por parte de individuos machistas, pedófilos y abusadores en general que no merecen el rango de compañeros.

3. La pedofilia y el machismo, el abuso son lacras de esta sociedad capitalista y patriarcal que se organiza entorno al poder y la subyugación, y que lamentablemente también se infiltran en las organizaciones revolucionarias.

4. Ante lo anterior, la posición de la AMR es en primer lugar es RECONOCER que así como hubo infiltración de los organismos de seguridad del estado burgués, también ha habido infiltración corrupta por parte de degenerados. Esta última situación doblemente dañina, por estar enmascarada bajo el nombre de "compañeros", causa desconfianzas, desprestigio y un profundo dolor.

Nosotrxs respondemos a esta situación como mujeres revolucionarias. Desde los inicios de nuestra organización exigimos:

1. Poder popular, que ante esta situación se manifiesta por medio de un juicio popular y la ejecución de la condena sea esta cual fuere.

2. Combatir el patriarcado como un vicio más del capitalismo, en la vida cotidiana, como en el interior de las organizaciones revolucionarias, pues son caldo de cultivo para desviaciones impropias de unx revolucionarix.

3. Asumir que la lucha debe ser anticapitalista y antipatriarcal, y que en ese marco debemos construir una nueva moral revolucionaria que no se limite a la ejecución de trabajos voluntarios, por ejemplo, sino también a una sexualidad revolucionaria, una nueva forma de relacionarnos donde el prime el amor, el respeto y la libertad.

4. Finalmente queremos hacer hincapié en que como revolucionarixs nuestra obligación es transformar toda situación nefasta en un avance hacia una vida mejor. Consideramos que este puede ser un buen momento para avanzar en la construcción de una organización revolucionaria unitaria que explicite las sanciones contra todo tipo de abuso de génereo y/o sexual, lo que sería la piedra angular de una nueva forma de construcción revolucionaria acorde a nuestros tiempos.


!Si agreden a unx, respondemos todxs!
No al machismo en la revolución.
Asamblea de Mujeres Revolucionarias.



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Carta abierta a miristas, ex-miristas, organizaciones políticas y de derechos humanos.

De Claudia Vergara · viernes, 4 de octubre de 2013

Compañeras y compañeros:

El pasado jueves 22 de Agosto, en el marco del conversatorio "La violencia sexual y de género en el pasado y en el presente", convocado por la Corporación por la Paz Villa Grimaldi, Corporación Humanas y Casa Memoria José Domingo Cañas, realizado en la Academia de Humanismo Cristiano, planteamos informalmente el tema de cómo se enfrenta la violencia sexual dentro de las organizaciones revolucionarias, poniendo como ejemplo un caso que afecta a nuestra familia.

Para ello hicimos público el testimonio del abuso sexual reiterado cometido contra María Calderón Córdoba en los años 80, cuando era menor de edad, por Martín Hernández Vázquez (ya fallecido, el 29 de Agosto de 2007) y por Washington Guerrero Carrillo ('El Blanquito', veterinario, que trabaja actualmente como encargado en la Oficina Municipal de Desarrollo Rural Sustentable de la Municipalidad de Maullín, Los Lagos), ambos miembros del MIR de Chile hasta su disolución en 1990, y que se encontraban exiliados en Cuba en el período en el que cometieron dichos abusos.

Muy doloroso fue para nosotros, enfrentar esta situación, ya que los considerábamos compañeros y amigos y por solidaridad los acogimos en diversas oportunidades en nuestra casa, con estas nefastas consecuencias. Muchos de ustedes ya conocen de estos hechos y también de otros casos de abuso sexual hacia otros hijos e hijas de compañeros cometidos por estas mismas y otras personas.

Consideramos que es importante -al recordar nuestra historia- exponer también estas zonas dolorosas, y que el silencio que hasta ahora ha existido entre quienes hace tiempo ya saben de estos hechos y a pesar de ello han continuado homenajeando y tratando como "héroes" a estos abusadores, es una forma de complicidad inaceptable, que pone el salvaguardo de la memoria heroica de una organización por sobre la verdad. Sabemos lo doloroso que es para las víctimas revivir estos hechos una vez más, pero el hecho de hacerlo público es la única forma para que aflore la verdad, se termine con la impunidad y con los homenajes póstumos inmerecidos; y es también una manera de reparación a las víctimas que siendo niños y niñas no denunciaron por miedo y hoy continúan sin hacerlo por temor a encontrar rechazo y falta de empatía con este dolor.

Llamamos a hacer públicos todos los testimonios. Cada uno de ustedes actuará de acuerdo a su conciencia y a lo que considere correcto. Nosotros entendemos que estos hechos no deben mantenerse ocultos, ya que de ser así ¿de qué derechos humanos estamos hablando? y ¿qué tipo de sociedad es la queremos construir? Por esta razón queremos darle la mayor difusión posible especialmente entre las personas que participaron y participan del MIR y otras organizaciones políticas y sociales de izquierda, como también entre quienes conocieron y conocen a estas personas, con el fin de abrir el debate y de que estos, y otros posibles abusadores, sean denunciados.

Les hacemos llegar esta carta, por respeto a todos los hijos e hijas, a nosotros mismos como seres humanos, por amor a la verdad y a los ideales revolucionarios.

María Calderón Córdoba
Beatriz Córdoba Bahamonde
Ernesto Frodden Córdoba
Ricardo Frodden Armstrong



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