lunes, 6 de agosto de 2012

Fumar en ficción.


Por Blanca Lewin.-
A decir verdad, no he leído en detalle la ley que se envió recientemente al congreso sobre que no se puede fumar más en pantalla, en el cine ni en la TV porque supuestamente esto influenciaría a niños y jóvenes y fomentaría el hábito.
Antes de manifestar que me parece una gran estupidez que se legisle sobre una gran huevada, en vez de  legislar sobre lo que hay que legislar y establecer políticas públicas serias y severas contra fumadores (soy fumadora, y no tendría problema con eso), me pregunto qué hacen niños pequeños, sin criterio formado, viendo películas no adecuadas para su edad, o viendo TV en horarios claramente inapropiados. Coscacho para los padres.
Yo tenía un personaje en la última teleserie que hice ("Peleles") que fumaba como carretonera. Esto tenía que ver con la creación de un personaje, que al principio se perfilaba como una gran malvada, que al irse "abuenando" entendíamos que en realidad era una mujer sola, llena de traumas y neurosis, y muy, muy, desesperadamente ansiosa. No entiendo qué imagen positiva puede proyectar alguien así que fuma y fuma en pantalla.  Por otro lado, me sorprendía que en la calle, niños de 10, 8 años y aún más pequeños me reconocieran por el nombre de mi personaje, y contaran, delante de sus padres, que siempre veían esta teleserie, que se transmitía después de las 22.30 hrs. MAL.
A los actores, nos carga fumar en pantalla. Aún así seamos fumadores empedernidos.  Porque un cigarrillo en una escena, implica que eso mismo deberás repetirlo una y otra vez para los diversos planos y tomas que tengas que hacer, hasta que termines con los pulmones convertidos en un cenicero.  Sin embargo entendemos que, a veces, se hace necesario para describir cierta situación, para explicar cierto rasgo de personalidad, etc.  Y si usted se da cuenta, cada vez se fuma menos en pantalla, por esta misma razón.  Repetir una y otra vez, se puede hacer insoportable.  La excepción son series como Mad Men, o en el caso nacional, Los Archivos del Cardenal, en las que ambas muestran cómo y cuánto se fumaba en cierta época, lo que hoy, me parece, no es visto como algo "positivo".  Si no como un detalle curioso sobre épocas pasadas.
Hace poco, un amigo argentino que pasó por estas tierras, escribió una columna refiriéndose a un episodio que le pareció que era del mundo del revés. Quería tomarse un chocolate caliente, era domingo  en la tarde/noche y estábamos en Plaza Ñuñoa, por lo que bajamos al "boulevard" que construyó Sabat bajo su municipalidad. (Y digo, "su" municipalidad, como buen patrón de fundo que es).  El restaurante peruano estaba cerrado (encontrar un domingo a esa hora un restaurante abierto en Santiago es toda una hazaña). Y en todos los otros locales no pudimos entrar, pues tuvimos la mala idea de andar con nuestra hija de tres años.  La opción era sentarse afuera. En esos días de ola polar.
O sea, para entrar a un bar, a un restaurante o una cafetería, ¡¡o a un concierto masivo!! muchas veces estás obligado a fumar, porque acá, lo de no fumar en lugares públicos, seamos honestos, es algo que ni colectivamente, ni individualmente, ni nuestros legisladores ni nadie se ha tomado muy en serio.
Con bastante vergüenza ya, puedo confesar que fumo. Y siempre he estado dispuesta a ser yo la que deba salir de un local (dentro de mi casa no se fuma).  Realmente vivimos en el mundo del revés.
Y quieren sacar los cigarrillos de pantalla.  ¿Para qué? ¿Cuántas otras cosas habría que sacar de pantalla para que no fuera una mala influencia sobre nuestra sociedad? Si tus padres fuman, qué importa si gente que no conocemos - interpretando un personaje, realizando una creación artística- lo hace?  Por supuesto que nadie lo hace interpretándose a sí mismo.  En ningún programa que no sea de ficción se debe fumar, por supuesto.  Pero vamos, no mostremos a más asesinos, pedófilos, sicópatas, ladrones, etc.  Porque son pésima influencia. Y de paso le quitamos el trabajo que puedan tener esos actores que, por cuestiones de "casting" dan siempre con esos personajes.
A ver si cambiamos otras cositas, primero ah?  En las que seamos los fumadores quienes nos sintamos incómodos y tengamos poco espacio para fumar.  Fumaríamos menos, o de frentón, muchos ni lo haríamos, pues lo "social" se relacionaría con cosas distintas a tener un pucho y un copete en la mano.

El Ministro de salud hace algunos días dijo lo siguiente:

"Es conocido que la industria tabacalera financia actores, financia películas para que haya lo que se denomina placement o inclusión de figuras importantes o relevantes fumando, de manera tal de hacer esta suerte de propaganda encubierta e inducir a personas para que sigan fumando o se inicien en el hábito"

Por favor, hace años que eso no existe.  Desde que existe la última ley anti tabacos.  Se acabaron hace una década al menos los famosos "Tobacco & Friends" y otras experiencias similares. La industria cultural de este país perdió a uno de sus más grandes mecenas.  Y nadie ha vuelto a ocupar ese lugar.  Que una empresa privada, realmente poderosa, financie tantos proyectos artísticos.  No lo celebro hoy, más bien me causa tristeza el que nadie más esté dispuesto a hacerlo.  Bueno, las mineras, quizás.

Valor, Ministro Mañalich. La salud de este país merece discusiones sobre el tema.  Pero serias.

Acá adjunto lo que publicó la UNA (unión nacional de artistas) sobre el tema.

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