jueves, 10 de mayo de 2012

Antonia Zegers en obra del 11 de septiembre del 73: "Celebrar una muerte es profano"


En una casona de Irarrázabal, luciendo una medalla de una virgen y caracterizada como española viviendo en Chile en los años 30 para una serie de televisión, Antonia Zegers habla de otro trabajo: La obra "Velorio chileno", ambientada la noche del 11 de septiembre de 1973.
Ya es parte de su rutina moverse de una época a otra. "Hacer cosas de época no es recordar, te permite entender el presente. El presente se desvanece, en el minuto que lo nombras no existe", reflexiona.
El viernes debuta con "Velorio chileno" en la Universidad Mayor, una obra escrita por Sergio Vodanovic y dirigida por el aplaudido Cristián Plana ("La Señorita Julia"), donde Zegers comparte créditos con Marcial Tagle, Roxana Naranjo y Manuel Peña.
En la obra que es parte del ciclo Teatro Hoy, organizado por FITAM, -con entradas a $1.000 mañana por el Día del Teatro- la historia comienza cuando dos matrimonios se reúnen en una casa a festejar la caída del gobierno de Allende y su muerte. Brindan, toman, y la euforia se mezcla con la tristeza y el erotismo.
"Es una situación bastante bizarra porque puedes estar a favor o en contra, pero celebrar una muerte es bastante profano... Es la metáfora de bailar, saltar y chupar sobre una tumba", opina la actriz.
Le asombra cómo el dramaturgo se adelantó a los hechos. "Vodanovic escribió la obra en el 73 a meses, semanas o días del golpe. ¡Qué subversivo y trasgresor de haberse atrevido a escribirlo in situ, en ese momento!", comenta.
"Hay una fisura que no se reconcilia"
La obra es solo uno de los proyectos de la actriz enmarcados en esta época. El año pasado interpretó a una mujer torturada y actuó junto a César Sepúlveda en "La muerte y la doncella", la fundamental obra de Ariel Dorfmann. En abril los actores se juntaron de nuevo para encarnar la pareja de frentistas tras el atentado contra Pinochet, en "Amar y morir en Chile" (CHV).
Contrastando el pasado con el presente, comenta: "En el proceso de montaje de esta obra ocurrió el homenaje a Krassnoff y uno veía a la gente adentro gritando «upeliento». Han pasado casi 40 años desde el 73 y todavía uno escucha esa palabra".
"Es sano cuando una sociedad mira para atrás en paz, sin miedo. Por otro lado, es potente mirar que hay una fisura que no se reconcilia, algo que no sana. Yo creo que Alemania, por ejemplo, mira para atrás y hay una especie de consenso nacional. Siento que aquí no pasa eso, hay gente que todavía está a favor de lo que pasó. Hay una división social jodida", reflexiona.
También hay avances. "En nuestra generación y la de mis padres nos acostumbramos a un poco de justicia. «Poco es mejor que nada», y esa fue nuestra gran falla. En cambio, esta generación quiere educación de calidad completa. Dice «queremos todo, no poco»".
"Veinte años dan una perspectiva interesante"
También actúa en "No", la cinta dirigida por su marido Pablo Larraín y protagonizada por el astro mexicano Gael García, centrada en el proceso de creación de la campaña electoral contra Pinochet.
"Hago la mujer del protagonista, el gran ideólogo de la campaña. Soy de ultra izquierda, mucho más radical. Para mí él está vendiéndose a un sistema que nos va a costar muy caro", adelanta.
Este momento histórico que le resulta cercano y apasionante. "Veinte años dan una perspectiva interesante, y es parte de tu biografía también", dice.
No podrá asistir al estreno de la cinta en el Festival de Cannes porque estará con funciones de "Velorio..." y continuando las grabaciones de "Cobre" (Mega), serie de 10 capítulos ambientada en el boom minero de los 30.
En tanto, en julio presentará "La muerte..." en el Festival de Almada, en Lisboa y grabará otra temporada de "Prófugos", la exitosa serie de HBO.

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