texto para comprender la situacion conflictiva que vive Québec
En la primavera de 2012, las semanas se siguen pero no son similares, y a cada uno le cuesta creer el ver a los estudiantes de Quebec resistiendo los dictados de un gobierno obstinado y desorientado. Los jóvenes, unidos en torno a la negativa de un aumento de las tasas de matrícula, después de más de 100 días de huelga y la imposición de una ley represiva (Ley 78), han terminado de incorporar en la lucha a amplios sectores de la población de Quebec: sindicatos, grupos populares, la sociedad civil, etc.; algo nunca antes visto. En todas partes de Quebec el pueblo se tomó la calle, es asi como manifiestan su resentimiento y su descontento y además, de manera festiva, cacerola en mano, creativa y atrevida. Como una rebelión improvisada, sobrepasando las encuestas y pronósticos.
¿Si desatamos los hilos secretos, sería sólo para obtener la verdadera magnitud y reponerlos en el curso de la historia reciente de Quebec, tomando al paso algunos elementos para aprender a sopesar los acontecimientos y manifestar su parte de libertad?
Este es el significado de estas pocas líneas: tratar de poner orden en una multitud de ideas y, como el filósofo, tratando de ayudar a la lechuza de Minerva (símbolo de la razón) a despegar. ¿Ya que a priori hay bastante de qué maravillarse; Québec no era reconocido por su tolerancia, su arte del compromiso, atención al consenso, por su llamada revolución "tranquila"? Muchos intelectuales no habian terminado de clasificar al pueblo de Québec en la categoría de aquellos cuya vida cotidiana es "confort e indiferencia", pueblo derrotado, de sueños rotos por el fracaso de dos plesbicitos (1980-1995); ¿eco de "fin de la historia" que tantos grandes pensadores nos hablan continuamente? De ahi este estruendoso trueno en un cielo sereno que de repente nos devuelve la rebelión estudiantil!
Como fondo la desorientación política, la era del neoliberalismo integral
Para poder comprender lo que está en juego, en primer lugar, se debe apuntar el modo de regulación económica neoliberal que se implementa en Québec principalmente desde la década de 1990 y las consecuencias en cascada que eventualmente causan en la vida diaria de cada uno. Sabiendo sin embargo que esta nueva lógica económica de liberalizar el mercado capitalista, podría tener también efectos decisivos porque se descomponian al mismo tiempo las tradicionales políticas alternativas de Quebec que propuso por primera vez el PQ (Partido Quebécois) a través de su proyecto de soberanía. Dejandonos huérfanos de alguna manera y sumergiendo al Quebec en un nuevo mapa sociopolítico; una cartografia con la cual descubrimos con la huelga estudiantil de la primavera 2012 una serie de dimensiones inéditas.
Lo que encarna Jean Charest (Primer Ministro de Québec) en Quebec no es sólo la aplicación del Catecismo neoliberal (Lucien Bouchard y el PQ habían iniciado el proceso en 95), si no su aplicación sistemática, tomando en cuenta que muchos quebequenses siempre han sido reacios a verlo aplicado "de muro a muro". El modo de regulación keynesiana - del cual el neoliberalismo se apodero- había sido sinónimo de las políticas de educación y salud gratis, sus proyectos de nacionalización y estado providencia, un momento histórico y emancipador muy significativo para la identidad de un pueblo entero.
Lo anterior es, sin duda, lo que explica que estas politicas neoliberales hayan tomado más tiempo a ser implantadas en Quebec, empujando así Jean Charest - el dócil sirviente de los grandes grupos de presión económicos y financieros - para acelerar el proceso. Mucho más que sobre su carácter testarudo, es ahí donde hay que buscar el origen de su intransigencia: él se posiciona como portavoz de las élites de la belle provincia (Québec). La mayor parte de sus políticas es ni más ni menos que para asegurar los intereses del capital. De ahi los incrementos en las tasas para el ciudadano común tan bien implementado en el último presupuesto Bachand (que recibe ese nombre por el Ministro de Economia que lo ejecuta). De ahí los bajos impuestos para las grandes empresas , los increíbles regalos o facilidades concedidas a las empresas privadas; de ahi la promoción ciega a la explotación de gas de schiste, el plan Norte, etc.. Por lo tanto, en general, estas políticas (que en la eliminación o reducción de controles del Estado) son la fuente de potenciales crisis económicas recurrentes -véase Estados Unidos en 2008 o de Europa en 2011 y 2012-, pero también el regreso de la corrupción y escándalos de todo tipo.
Sin olvidar añadir que estas políticas de "todos al mercado" no sólo tuvieron efectos economicos. Por la mercantilización generalizada que tienden a instalar, socavan otras áreas de la vida colectiva, poniendo entre paréntesis todo valor no directamente económico: es decir, aquellos valoresmreligiosos, éticos, políticos, etc. Entonces no resultará sorprendente que el cinismo se instale en todas en todas partes y que la política nos parezca como el arte de mentir, ese arte de la manipulación que hace de la democracia representativa la viñeta de una plutocracia glotona y desvergonzada.
Objeciones impersonales
Entonces frente a esta inedita ola rompiente de heridas nuevas, los tradicionales movimientos sociales y politicos de Quebec (aquellos que en el pasado habían sido asociados con tantas esperanzas a voluntades de soberanía y cambios sociales), no se han levantado ni comprometido con las políticas de resistencia digna de ese nombre. Por el contrario -cada uno a su manera- decidieron llegar a un acuerdo con este nuevo adversario, doblando la columna vertebral y poniendo de alguna manera contra la mala fortuna un buen corazón.
Resultados: Así tenemos entonces a los grandes sindicatos (CSN, FTQ, CSQ), lanzandose algunos de ellos en la aventura del Fondo de Solidaridad, los que deliberadamente han privilegiado la política de colaboración con el Estado o con los patrones (basta considerar la forma en que fueron aprobados las últimos convenciones colectivas en la administración pública en el 2010!); situándose, sin ninguna duda, lejos del sindicalismo de lucha del pasado, tan simbolizado por la figura de Michel Chartrand (gran sincalista de Québec muy cercano de la causa chilena).
Eso en lo que se refiere a los grupos populares, que a menudo se transforman en simples grupos de servicios. Mientras por su lado el Partido Quebecua adoptaba gradualmente la línea del "liberalismo social" (abogando por el neoliberalismo pero dandole un toque social), empujando también a recortes en educación y salud, conforme a las reglas de las instituciones gubernamentales, no vacilando en instaurar leyes especiales (como fué el caso con las enfermeras en 1999) o jugar un doble juego permanente como en el caso actual de la tasa de matrícula. Lo que pone claramente fuera de contexto las grandes expectativas de cambio social y confiabilidad que ambas partes pudieron simbolizar en el pasado.
Una brecha saludable
Es este fenómeno dual - del despliegue del neoliberalismo y el adormecimiento de la oposicion- el que muchos observadores han remarcado que en Québec estábamos ante una sociedad política y socialmente bloqueada. Una sociedad donde ahora se mezclan sin distinguirse realmente entre sí, cinismo e individualismo desenfrenado, además de soplos de fundamentalismo y xenofobia.
Al mismo tiempo se escuchan nuevos gritos de resistencia, que luchan por ser escuchados, entre estos encontramos a los indignados, los ambientalistas y/o diversos grupos de ciudadanos sujetos a las actividades depredadoras de los lobbies económicos. Como compensacion y lo que probablemente hace toda la diferencia con otros países es que hay una gran crisis de representación política de un gobierno liberal desgastado, minado por la corrupción; donde todas las decisiones siguen siendo marcadas por la suficiencia y el desprecio, lo que se a convertido en la marca comercial más poderosa del mundo, es entonces que en este escenario nace una pregunta: ¿porqué no alimentar un simple descontento colectivo en una tremenda sed de democracia? quedando todos conformes.
Una nueva frescura Democrática
De hecho es con este profundo malestar que rompe el movimiento estudiantil, dándole a la acción colectiva una nueva frescura, demostrando así que las prácticas democráticas auténticas aún son posibles, como expresión de una renovación social y política clara ("el extraordinario renacimiento de una generación", dijo Jacques Parizeau, ex primer ministro de Québec). Porque cualquiera que sean los matices que separan las asociaciones estudiantiles, ellas se caracterizan por una nueva forma de considerar la lucha social, rompiendo con los compromisos del pasado.
De ninguna manera hay cabida para los pactos de cupula, o para dirigentes separados de sus bases, no quieren más portavoces cercanos al ''establishman'' social o político; es decir, no a los acuerdos chuecos, que sólo han servido de apoyo al neoliberalismo. Con la congelación de los derechos de matrícula, es un retorno al keynesianismo a lo que se hace referencia. Así, haciendo de la calle un espacio decisivo, utilizando los medios sociales como arma para contrarrestar los medios de comunicación oficiales, los estudiantes mostraron que era posible hacer política de otra manera; estimulando la democracia con una potente dimension participativa y libertaria, mediante asambleas soberanas, directivas participativas y renovadas, acciones creativas y espontáneas (alimentadas por la militancia de la base), llamando a la solidaridad y el bien común. Claramente, esto es lo que alimentó la lucha de los estudiantes y los a dotado de una indiscutible legitimidad social, lo que está plasmado en la imagen del lema y tema de las manifestaciones para despertar al Québec que duerme: "Gritemos mas fuerte para que nadie nos ignore''.
Para el futuro
Hay que mencionar que este movimiento no tiene nada que ver con el mayo del 68 francés o la de los años 70 en Quebec. Porque nació en un período radicalmente diferente, donde sigue siendo la ideología neoliberal, en el comienzo del segundo milenio, un ente fuertemente hegemónico y donde la oposicion de izquierda (en plena reconstrucción) aún parece demasiado frágil , no mostrándose como una alternativa política y social en el corto plazo. Las encuestas -más allá de lo que acostumbran a mostrar- son la prueba. Ni hablar del movimiento sindical que tanto le ha costado solidarizar con el movimiento estudiantil, no atreviendose por ejemplo a adherir al "aquí y ahora" con valentía en la ''huelga social general''. No olvidemos que fué cuando los trabajadores. desafiando los llamados de las directivas sindicales a la prudencia, comenzaron a ocupar sus fabricas y adherir a la huelga que Mayo 68 hizo temblar a los poderosos. Todo esto está grabado en la memoria histórica.
En este sentido, esta primavera de 2012, es sólo una primera brecha que los estudiantes han abierto para ellos y para la sociedad en su conjunto, constituyendo esta una brecha ciertamente saludable y llena de grandes expectativas, pero frágil aún para expandirla a largo plazo. Porque al final de este mes de Mayo, la dificultad fue imaginar un escenario de termino de la crisis; la correlacion de fuerzas entre los alumnos y el Gobierno permanecen en la actualidad bastante compartida. Por supuesto, el Gobierno desde su traidora Ley 78 y el levantamiento de escudos es que, sin duda, los estudiantes se verán forzados a hacer algunas concesiones. Pero el gobierno aún tiene fuerte apoyo entre los partidarios de la ley y el orden (principalemente los medios de comunicación) y ademas pueden contar con la formación de jóvenes políticos como Québec Solidario (partido politico de izquierda moderada), así como la debilidad y la pusilanimidad de las tradicionales oposiciones sociales (los sindicatos) o políticos (PQ).
Sin duda que la principal característica de la época que vivimos es que estamos en un momento de reconfiguración de las diferentes fuerzas sociales y políticas, o en plena reconstrucción si se prefiere (de ahí también la volatilidad de las encuestas al respecto). Y esto es lo pasionante , no sólo porque así se demuestra que nada esta paralizado y que el poder de las potencias puede vacilar cuando finalmente nos atrevemos juntos, y con audacia, a abordar la raíz de los problemas contemporáneos, lejos de todos los sectarismos y el peso del pasado. Esto es lo que nos muestran hoy los estudiantes, reapertura del universo de lo posible. ¿No es lo que necesitamos tan desesperadamente?
Pierre Mouterde
Sociólogo
Autor de la izquierda en tiempos de crisis, estrategias para mañana, Liber, Montréal, 2011
traduccion del francés
Dan Rodriguez
desde Montréal
¿Si desatamos los hilos secretos, sería sólo para obtener la verdadera magnitud y reponerlos en el curso de la historia reciente de Quebec, tomando al paso algunos elementos para aprender a sopesar los acontecimientos y manifestar su parte de libertad?
Este es el significado de estas pocas líneas: tratar de poner orden en una multitud de ideas y, como el filósofo, tratando de ayudar a la lechuza de Minerva (símbolo de la razón) a despegar. ¿Ya que a priori hay bastante de qué maravillarse; Québec no era reconocido por su tolerancia, su arte del compromiso, atención al consenso, por su llamada revolución "tranquila"? Muchos intelectuales no habian terminado de clasificar al pueblo de Québec en la categoría de aquellos cuya vida cotidiana es "confort e indiferencia", pueblo derrotado, de sueños rotos por el fracaso de dos plesbicitos (1980-1995); ¿eco de "fin de la historia" que tantos grandes pensadores nos hablan continuamente? De ahi este estruendoso trueno en un cielo sereno que de repente nos devuelve la rebelión estudiantil!
Como fondo la desorientación política, la era del neoliberalismo integral
Para poder comprender lo que está en juego, en primer lugar, se debe apuntar el modo de regulación económica neoliberal que se implementa en Québec principalmente desde la década de 1990 y las consecuencias en cascada que eventualmente causan en la vida diaria de cada uno. Sabiendo sin embargo que esta nueva lógica económica de liberalizar el mercado capitalista, podría tener también efectos decisivos porque se descomponian al mismo tiempo las tradicionales políticas alternativas de Quebec que propuso por primera vez el PQ (Partido Quebécois) a través de su proyecto de soberanía. Dejandonos huérfanos de alguna manera y sumergiendo al Quebec en un nuevo mapa sociopolítico; una cartografia con la cual descubrimos con la huelga estudiantil de la primavera 2012 una serie de dimensiones inéditas.
Lo que encarna Jean Charest (Primer Ministro de Québec) en Quebec no es sólo la aplicación del Catecismo neoliberal (Lucien Bouchard y el PQ habían iniciado el proceso en 95), si no su aplicación sistemática, tomando en cuenta que muchos quebequenses siempre han sido reacios a verlo aplicado "de muro a muro". El modo de regulación keynesiana - del cual el neoliberalismo se apodero- había sido sinónimo de las políticas de educación y salud gratis, sus proyectos de nacionalización y estado providencia, un momento histórico y emancipador muy significativo para la identidad de un pueblo entero.
Lo anterior es, sin duda, lo que explica que estas politicas neoliberales hayan tomado más tiempo a ser implantadas en Quebec, empujando así Jean Charest - el dócil sirviente de los grandes grupos de presión económicos y financieros - para acelerar el proceso. Mucho más que sobre su carácter testarudo, es ahí donde hay que buscar el origen de su intransigencia: él se posiciona como portavoz de las élites de la belle provincia (Québec). La mayor parte de sus políticas es ni más ni menos que para asegurar los intereses del capital. De ahi los incrementos en las tasas para el ciudadano común tan bien implementado en el último presupuesto Bachand (que recibe ese nombre por el Ministro de Economia que lo ejecuta). De ahí los bajos impuestos para las grandes empresas , los increíbles regalos o facilidades concedidas a las empresas privadas; de ahi la promoción ciega a la explotación de gas de schiste, el plan Norte, etc.. Por lo tanto, en general, estas políticas (que en la eliminación o reducción de controles del Estado) son la fuente de potenciales crisis económicas recurrentes -véase Estados Unidos en 2008 o de Europa en 2011 y 2012-, pero también el regreso de la corrupción y escándalos de todo tipo.
Sin olvidar añadir que estas políticas de "todos al mercado" no sólo tuvieron efectos economicos. Por la mercantilización generalizada que tienden a instalar, socavan otras áreas de la vida colectiva, poniendo entre paréntesis todo valor no directamente económico: es decir, aquellos valoresmreligiosos, éticos, políticos, etc. Entonces no resultará sorprendente que el cinismo se instale en todas en todas partes y que la política nos parezca como el arte de mentir, ese arte de la manipulación que hace de la democracia representativa la viñeta de una plutocracia glotona y desvergonzada.
Objeciones impersonales
Entonces frente a esta inedita ola rompiente de heridas nuevas, los tradicionales movimientos sociales y politicos de Quebec (aquellos que en el pasado habían sido asociados con tantas esperanzas a voluntades de soberanía y cambios sociales), no se han levantado ni comprometido con las políticas de resistencia digna de ese nombre. Por el contrario -cada uno a su manera- decidieron llegar a un acuerdo con este nuevo adversario, doblando la columna vertebral y poniendo de alguna manera contra la mala fortuna un buen corazón.
Resultados: Así tenemos entonces a los grandes sindicatos (CSN, FTQ, CSQ), lanzandose algunos de ellos en la aventura del Fondo de Solidaridad, los que deliberadamente han privilegiado la política de colaboración con el Estado o con los patrones (basta considerar la forma en que fueron aprobados las últimos convenciones colectivas en la administración pública en el 2010!); situándose, sin ninguna duda, lejos del sindicalismo de lucha del pasado, tan simbolizado por la figura de Michel Chartrand (gran sincalista de Québec muy cercano de la causa chilena).
Eso en lo que se refiere a los grupos populares, que a menudo se transforman en simples grupos de servicios. Mientras por su lado el Partido Quebecua adoptaba gradualmente la línea del "liberalismo social" (abogando por el neoliberalismo pero dandole un toque social), empujando también a recortes en educación y salud, conforme a las reglas de las instituciones gubernamentales, no vacilando en instaurar leyes especiales (como fué el caso con las enfermeras en 1999) o jugar un doble juego permanente como en el caso actual de la tasa de matrícula. Lo que pone claramente fuera de contexto las grandes expectativas de cambio social y confiabilidad que ambas partes pudieron simbolizar en el pasado.
Una brecha saludable
Es este fenómeno dual - del despliegue del neoliberalismo y el adormecimiento de la oposicion- el que muchos observadores han remarcado que en Québec estábamos ante una sociedad política y socialmente bloqueada. Una sociedad donde ahora se mezclan sin distinguirse realmente entre sí, cinismo e individualismo desenfrenado, además de soplos de fundamentalismo y xenofobia.
Al mismo tiempo se escuchan nuevos gritos de resistencia, que luchan por ser escuchados, entre estos encontramos a los indignados, los ambientalistas y/o diversos grupos de ciudadanos sujetos a las actividades depredadoras de los lobbies económicos. Como compensacion y lo que probablemente hace toda la diferencia con otros países es que hay una gran crisis de representación política de un gobierno liberal desgastado, minado por la corrupción; donde todas las decisiones siguen siendo marcadas por la suficiencia y el desprecio, lo que se a convertido en la marca comercial más poderosa del mundo, es entonces que en este escenario nace una pregunta: ¿porqué no alimentar un simple descontento colectivo en una tremenda sed de democracia? quedando todos conformes.
Una nueva frescura Democrática
De hecho es con este profundo malestar que rompe el movimiento estudiantil, dándole a la acción colectiva una nueva frescura, demostrando así que las prácticas democráticas auténticas aún son posibles, como expresión de una renovación social y política clara ("el extraordinario renacimiento de una generación", dijo Jacques Parizeau, ex primer ministro de Québec). Porque cualquiera que sean los matices que separan las asociaciones estudiantiles, ellas se caracterizan por una nueva forma de considerar la lucha social, rompiendo con los compromisos del pasado.
De ninguna manera hay cabida para los pactos de cupula, o para dirigentes separados de sus bases, no quieren más portavoces cercanos al ''establishman'' social o político; es decir, no a los acuerdos chuecos, que sólo han servido de apoyo al neoliberalismo. Con la congelación de los derechos de matrícula, es un retorno al keynesianismo a lo que se hace referencia. Así, haciendo de la calle un espacio decisivo, utilizando los medios sociales como arma para contrarrestar los medios de comunicación oficiales, los estudiantes mostraron que era posible hacer política de otra manera; estimulando la democracia con una potente dimension participativa y libertaria, mediante asambleas soberanas, directivas participativas y renovadas, acciones creativas y espontáneas (alimentadas por la militancia de la base), llamando a la solidaridad y el bien común. Claramente, esto es lo que alimentó la lucha de los estudiantes y los a dotado de una indiscutible legitimidad social, lo que está plasmado en la imagen del lema y tema de las manifestaciones para despertar al Québec que duerme: "Gritemos mas fuerte para que nadie nos ignore''.
Para el futuro
Hay que mencionar que este movimiento no tiene nada que ver con el mayo del 68 francés o la de los años 70 en Quebec. Porque nació en un período radicalmente diferente, donde sigue siendo la ideología neoliberal, en el comienzo del segundo milenio, un ente fuertemente hegemónico y donde la oposicion de izquierda (en plena reconstrucción) aún parece demasiado frágil , no mostrándose como una alternativa política y social en el corto plazo. Las encuestas -más allá de lo que acostumbran a mostrar- son la prueba. Ni hablar del movimiento sindical que tanto le ha costado solidarizar con el movimiento estudiantil, no atreviendose por ejemplo a adherir al "aquí y ahora" con valentía en la ''huelga social general''. No olvidemos que fué cuando los trabajadores. desafiando los llamados de las directivas sindicales a la prudencia, comenzaron a ocupar sus fabricas y adherir a la huelga que Mayo 68 hizo temblar a los poderosos. Todo esto está grabado en la memoria histórica.
En este sentido, esta primavera de 2012, es sólo una primera brecha que los estudiantes han abierto para ellos y para la sociedad en su conjunto, constituyendo esta una brecha ciertamente saludable y llena de grandes expectativas, pero frágil aún para expandirla a largo plazo. Porque al final de este mes de Mayo, la dificultad fue imaginar un escenario de termino de la crisis; la correlacion de fuerzas entre los alumnos y el Gobierno permanecen en la actualidad bastante compartida. Por supuesto, el Gobierno desde su traidora Ley 78 y el levantamiento de escudos es que, sin duda, los estudiantes se verán forzados a hacer algunas concesiones. Pero el gobierno aún tiene fuerte apoyo entre los partidarios de la ley y el orden (principalemente los medios de comunicación) y ademas pueden contar con la formación de jóvenes políticos como Québec Solidario (partido politico de izquierda moderada), así como la debilidad y la pusilanimidad de las tradicionales oposiciones sociales (los sindicatos) o políticos (PQ).
Sin duda que la principal característica de la época que vivimos es que estamos en un momento de reconfiguración de las diferentes fuerzas sociales y políticas, o en plena reconstrucción si se prefiere (de ahí también la volatilidad de las encuestas al respecto). Y esto es lo pasionante , no sólo porque así se demuestra que nada esta paralizado y que el poder de las potencias puede vacilar cuando finalmente nos atrevemos juntos, y con audacia, a abordar la raíz de los problemas contemporáneos, lejos de todos los sectarismos y el peso del pasado. Esto es lo que nos muestran hoy los estudiantes, reapertura del universo de lo posible. ¿No es lo que necesitamos tan desesperadamente?
Pierre Mouterde
Sociólogo
Autor de la izquierda en tiempos de crisis, estrategias para mañana, Liber, Montréal, 2011
Un buen mapeo de lo que sucede en una ciudad que nos parece tan lejana, pero que a través de este escrito se siente cerca...
ResponderEliminarDe aquí a la quebra´ del ají, SÓLO LA LUCHA NOS HARÁ LIBRES...