Los universitarios chilenos, acompañados por estudiantes secundarios y trabajadores, volvieron a llenar las calles de Santiago, para reafirmar sus reclamos por el fin del lucro en la educación. La marcha se inició en la céntrica Plaza Italia de la capital, para culminar con un acto central en calle Blanco Encalada, donde participaron los distintos actores sociales que apoyan las demandas estudiantiles.
Los incidentes se desataron cuando carabineros "cortaron" la marcha en la esquina de las calles Mac Iver con Alameda, bloqueando esta principal artería con carros policiales y con un alto contingente de Fuerzas Especiales, poniéndose de barrera por el lado norte de la Alameda y paseando el carro lanza-aguas provocando a la masa de manifestantes, produciéndose así enfrentamientos aislados con grupos de manifestantes y carabineros. 
Un grupo de estudiantes tiraron las vallas dispuestas por las fuerzas de seguridad. Los hechos de violencia continuaron con destrozos en locales comerciales y enfrentamientos con la policía en distintos puntos de la artería principal de Santiago.
El hecho que causó más indignación fue cuando un señor de unos 60 años de edad, que marchaba junto a otros jóvenes y el carro lanza-gases pasa por su lado y lo roció con el gas tóxico, dejándolo con su rostro y cuerpo cubierto.
En el acto central, el presidente de la Confech indicó: "Hoy tenemos motivos para sentirnos orgullosos, es una gran marcha. Abajo los que lucran, arriba los que luchan", señaló Gabriel Boric. Mientras que la líder de las movilizaciones estudiantiles del año pasado Camila Vallejo señaló: "Aquí hay un cuestionamiento profundo a un modelo de desarrollo que genera lucro y aprovechamiento de unos pocos respecto no sólo a la educación, sino que a la salud, a nuestro trabajo, el sistema de pensiones, nuestros recursos naturales".
Los estudiantes, que el año pasado irrumpieron con su petitorio de Educación Pública, gratuita y de calidad, realizando alrededor de 40 marchas por el centro de Santiago. Dichos estudiantes informan que el gobierno de Sebastián Piñera no ha dado acogida aún a sus demandas de una completa reformulación del actual sistema educacional, herencia de la dictadura de Augusto Pinochet. (1973-1990).
El Gobierno de Piñera enfrenta una grave crisis educativa desde mediados de abril de 2011 originada por los altos costos de la educación. Es que es uno de los sistemas educativos más privatizados del mundo desde las reformas aplicadas por la dictadura.
Las demandas estudiantiles encontraron un amplio respaldo en la población, sobre todo en la clase media, la más afectada por un sistema que fomenta el endeudamiento para costear los estudios. Los estudiantes chilenos retomaron las movilizaciones este 2012.
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