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Tenemos al 1 por ciento de la población chilena, la elite económica y empresarial de este país que concentra las decisiones de todo el resto, del 99 por ciento de la población, son los que deciden las tasas de interés que pagamos, cuánto pagamos por nuestros servicios básicos, cómo accedemos a nuestros derechos sociales. Nosotros creemos que a ese 1 por ciento es al que hay que combatir, el enemigo no está dentro de la Universidad.
Gabriel Boric, estudiante de derecho es el nuevo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Él es un reconocido integrante del movimiento autonomista y participa del grupo Izquierda Autónoma, parte de la alianza Creando Izquierda, desde que cursaba primer año en la Facultad de Derecho. Actualmente es miembro del Senado Universitario, único espacio que articula académicos, funcionarios y estudiantes de la Universidad. Allí ha desarrollado un trabajo articulador de la universidad, impulsando en conjunto con académicos y funcionarios, claustros triestamentales de la comunidad universitaria y participó activamente de la comisión de educación del Senado, que desarrolló una propuesta de nueva institucionalidad para la Educación Superior en Chile.
Gabriel es también conocido por el proceso que encabezó el año 2009 como presidente del CED. Ese año, la misma fuerza que ha ganado nuevamente la conducción del centro de estudiantes levantó en conjunto con una comisión académica una movilización que se oponía al statu qúo en el que se hallaba la Facultad: “la escuela estaba sumida en la inercia y dependía de su tradición y la buena voluntad de grandes profesores más que de un proyecto que mirara hacia el futuro. El sentido de nuestra movilización fue combatir una inercia complaciente que estaba progresivamente deteriorando a nuestra Escuela”.
Este es una parte de su discurso dado hace algunos días en el marco de la campaña eleccionaria.
“Es muy entretenido escuchar a los gremialistas cuando dicen que no son ni oposición y tampoco son parte del gobierno. Son ni fu ni fa, no dice nada respecto al actual conflicto. Yo les pregunto a todos, hay alguno de ustedes que quiera construir universidad, construir federación solo entre algunos, y todos dirán que lo hagamos entre todos. Entonces dejémonos de decir obviedades, dejémonos del “marketeo”, de lugares vacios y comencemos a hablar de política. ¿Qué hemos aprendido como movimiento social este año? Este año hemos aprendido que de por más que saquemos 200 mil personas a la calle, por más que la Universidad se movilice entera, que estemos más de seis meses dando la pelea, los cambios no son tan fáciles de lograr. Y tenemos que preguntarnos por qué. Porque tenemos al 1 por ciento de la población chilena, la elite económica y empresarial de este país que concentra las decisiones de todo el resto, del 99 por ciento de la población, son los que deciden las tasas de interés que pagamos, cuánto pagamos por nuestros servicios básicos, cómo accedemos a nuestros derechos sociales.
Nosotros creemos que a ese 1 por ciento es al que hay que combatir, el enemigo no está dentro de la Universidad. Pero para combatirlo por cierto que hay tesis diferentes. Nosotros como estudiantes de izquierda tenemos una alternativa diferente a lo que ha planteado la conducción de esta federación que es el Partido Comunista. Creemos que lo que está en disputa hoy, es el carácter de la Izquierda en Chile de aquí para adelante. Es uno de los lugares donde estamos peleando.
El PC plantea un pacto de nueva gobernabilidad con la Concertación. Nosotros planteamos que no podemos seguir jugando a ser el hermano chico de la Concertación. Una concertación que durante 20 años gobernó con las ideas que hoy dice criticar. Permítannos por favor una legítima desconfianza. Nosotros creemos que tenemos que construir alternativas políticas propias.
Cuando salimos a marchar, salimos todos, cuando salimos a protestar, salimos todos, pero cuando llega el momento de construir alternativas políticas para las mayorías que se han expresado y que no cree en la actual institucionalidad, quedan los mismos de siempre. Basta de eso, hagámonos cargo nosotros de llevar adelante la política de estas grandes mayorías que no tienen representación institucional en la política formal de Chile.
Este año puede ser de bonitos recuerdos familiares y de despeinarnos un poquito, que salimos a la calle, del año revolucionario. O bien podemos recordarlo como el año en que definitivamente comenzamos a cambiar Chile. Tomémonos el asunto en serio, esto no lo hacemos por hobby, de verdad queremos cambiar radicalmente este país y sabemos que nos vamos a demorar harto. Como decía un lienzo en un colegio tomado, vamos lentos porque vamos lejos”.
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