Miles de personas caminaron desde la Parroquia Nuestra Señora de La Victoria hasta la Catedral Metropolitana, donde el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati ofició una misa de responso fúnebre, cuya duración fue por más de dos horas. El recorrido simuló al realizado durante la despedida del sacerdote André Jarlan, quien fue asesinado en 1984, tras recibir un disparo en el escritorio de su casa, durante una manifestación en la emblemática población del sur de Santiago, en época de la dictadura comandada por Augusto Pinochet Ugarte.
El recorrido fue acompañado también por los hermanos del Padre Pierre, María Teresa y Michelle, quienes llegaron a nuestro país el día lunes. 






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