domingo, 2 de junio de 2013

Hoy se cumplen 23 años del descubrimiento de fosa de Pisagua

Fue un 2 de junio – un día como hoy – pero de 1990 que la pequeña ciudad de Iquique de ese entonces hacía reventar los informativos mundiales. Después de años de denuncias y de búsqueda aparecieron 21 cuerpos en lo que hoy se conoce como la Fosa Clandestina de Pisagua, donde se retrataba la violencia de un régimen que se instauró a punta de fuego y balas como fue el gobierno militar.
Por esa razón ayer todos los organismos pertenecientes de la Coordinadora de Derechos Humanos de Iquique y la Corporación de ex presos políticos e Pisagua se dieron cita en el Cementerio Nº 3 en el Mausoleo “Para que Nunca Más” para conmemorar la fecha y por ende recordar a los caídos, es decir a los ejecutados políticos en la pequeña caleta.

El primero en dirigirse al numeroso público que se congregó en el lugar fue el reconocido profesor y militante comunista Hugo Bolívar Salazar quien recordó a todos los compañeros que cayeron por “tener ideas diferentes y ser leales con un gobierno que de verdad buscaba la igualdad. Murieron por ser idealistas, por querer un mundo más justo y humano”, recalcó el docente.
Dijo que espera que la memoria de estos hombres “amigos y colegas no se pierda nunca, porque todos creímos en un proyecto, el del presidente Salvador Allende Gossens”, explicó.
Acto seguido el reconocido militante comunista Rigoberto Echeverría también prisionero en Pisagua recordó en forma amplia la llegada de los prisioneros a la pequeña caleta y que fue justamente un 18 de septiembre de 1973 a pocos días del golpe de estado que este año cumple 40 años. 
“Fue el 18 de septiembre de 1973 cuando desembarcaron del mercante Maipo una cincuentena de presos detenidos en los días después del golpe en Valparaíso. Los pocos residentes del viejo puerto de Pisagua y los reos comunes ya habían sido trasladados a Iquique. El recinto de tres pisos llegó a superar su capacidad con aproximadamente 500 prisioneros traslados desde el Regimiento de Telecomunicaciones de Iquique, desde diferentes Comisarías de la Región de Tarapacá, además a los de Valparaíso. Mujeres fueron retenidas en el viejo teatro. Hasta 30 personas fueron encerradas en celdas de cuatro por diez metros. A diferencia de los prisioneros peruanos del siglo 19, estos eran civiles, presos políticos, quienes fueron tratados como prisioneros de guerra”, planteó.
Agregó que el recinto fue comandado por el teniente coronel Ramón Larraín y el capitán Benavides. A partir del golpe, el general Carlos Forestier Haensen fue Jefe de la Zona en Estado de Sitio de la Provincia de Tarapacá y Comandante en Jefe de la Sexta División de Ejército, con autoridad máxima sobre los sucesos en el Campo de Prisioneros de Pisagua.
“Numerosos sobrevivientes afirmamos y denunciamos la brutalidad vivida por los prisioneros, quienes fueron sometidos a torturas. La crueldad ejercido por el Comandante Larraín fue motivado por un odio irracional hacia todos los que estábamos allí.
En Pisagua se constituyeron tres Consejos de Guerra, además del que el Informe de Verdad y Reconciliación denomina el "ilegal y supuesto Consejo conocido solamente por los Bandos del 11 y 12 de octubre de 1973". En total estos Consejos de Guerra procesaron a 147 personas.

“Entre el 29 de septiembre de 1973 y junio de 1974, fueron ejecutadas 26 personas, detenidos en el Campo de Prisioneros de Pisagua a quienes recordamos hoy dijo el anciano militante del Partido Comunista Rigoberto Echeverría.

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