El proyecto Bizancio, en el que trabajan ya una serie de programadores, entraría en funcionamiento si los Gobiernos desconectan la Red de redes.
Cientos de ciberactivistas celebrarán el 20 de octubre en Nueva York, una cumbre que tiene como objetivos el consenso de proyectos, como la red de malla, y el contacto con potenciales proveedores de fondos, el reclutamiento de programadores, y la recopilación de ideas para la construcción de un Internet paralelo. La reunión muestra el creciente impulso del “libre movimiento de la Red”, que pretende hacer más difícil que políticos u organismos controlen Internet de manera indebida, como sucedió durante las últimas revueltas en Egipto.
Las redes sociales han demostrado su potencial como herramientas de organización durante los recientes levantamientos de Medio Oriente, en el que las páginas de Facebook amplificaron las protestas callejeras que derrotaron a las dictaduras. Sin embargo, esas mismas redes también muestran debilidades, tal y como se demostró en Egipto, cuando el Gobierno bloqueó Internet para silenciar las protestas del pueblo. Este hecho ha llevado a numerosos estudiosos y activistas a considerar cada vez más el cableado de Internet como una frontera política en disputa, según recoge la revista The Chronicle.
En consecuencia, un fin de semana cada mes, un pequeño grupo de programadores informáticos se reúne desde ya para construir un Internet casero llamado Proyecto Bizancio, que podría conectarse si algún Gobierno represivo bloqueara Internet.
Utilizando un método llamado de red en malla, este sistema se está creando como una red informal de conexión inalámbrica con usuarios con equipos cercanos, que a su vez transmiten señales. La red de malla puede activarse si alguno de los usuarios encuentra la manera de conectarse a un router desbloqueado. Los desarrolladores han probado recientemente una primera versión de su software en la Universidad George Washington (aunque sin la participación oficial de los funcionarios del campus).
El líder de la iniciativa, conocido con el alias de TheDoctor y que no ha querido dar su nombre por temor a que su supervisor se oponga al proyecto, teme que puedan ponerse en marcha medidas represivas para Internet en Estados Unidos.
Temor extendido
Él no es el único con tales temores. TheDoctor se unirá a cientos de de ciberactivistas y empresarios de Nueva York con ideas afines, en una conferencia bastante especial llamada Cumbre de contacto, que se desarrollará el 20 de octubre. Uno de los participantes en esta cumbre será Eben Moglen, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia, que ha construido un dispositivo de encriptación, pensando en el caso reciente en el que varios políticos de Wisconsin intentaron acceder al email de un profesor. El objetivo de la cumbre no es sólo hablar de los proyectos, sino también contactar con potenciales proveedores de fondos, reclutar programadores, y recabar ideas acerca de la construcción de un Internet paralelo.
La reunión es una señal del creciente impulso de lo que se llama el “libre movimiento de la red”, y cuyos líderes están presionando para hacer más difícil que determinados políticos u organismos puedan ejercer un control o vigilancia indebida sobre la Red. Otra preocupación clave de este movimiento es que Internet no ha cumplido con su potencial social para conectar a las personas, y en su lugar se ha visto invadido por campañas de marketing y promociones por parte de las grandes corporaciones.
La principal idea del movimiento es que, a pesar de la aparente simpleza de los routers de Internet y las redes sociales, todo esto forma plataformas y sistemas con un poderoso alcance político. Y si a veces se trata a Mark Zuckerberg (de Facebook) o Steve Jobs (de Apple) como dioses, es porque en cierto sentido lo son, y sentados desde su particular Olimpo de los Dioses pueden mandar rayos digitales que generarán un gran impacto sobre todo el mundo.
Entre las propuestas alternativas se encuentra un Facebook que promete un mejor control de la privacidad, un dispositivo que automáticamente codifica el tráfico del correo electrónico para que sólo las personas autorizadas por el usuario puedan leer los correos, así como varias redes de malla que básicamente pueden darte acceso a Internet para llevar en la maleta y configurar un acceso sin restricciones.
Bazar 2.0
Uno de los organizadores de la Cumbre de contacto, Douglas Rushkoff, compara la fuerza tan intensa de Internet con los efectos de bazares en la Edad Media. En su último libro, Program or Be Programmed (OR Books), Rushkoff sostiene que los primeros bazares ayudaron a transformar la sociedad feudal, permitiendo que la información importante se intercambiara, y que el mismo efecto supuso la baja tecnología del peer-to-peer. “Todo el mundo hablaba con todo el mundo, y sobre todo tipo de cosas e ideas”, señala. “Todo este intercambio de información permitió a la gente mejorar, independizándose de los señores feudales”.
Internet ha creado un bazar 2.0, explica Rushkoff, acelerando el intercambio de información y dando a la gente el poder de organizarse de nuevas formas.
Aunque solamente por el momento. Rushkoff sostiene que las empresas y los Gobiernos están ganando demasiado poder, de tal forma que podrían limitar la comunicación en el futuro. Facebook, por ejemplo, es un sistema centralizado que obliga a los usuarios a que todas las comunicaciones se transmitan a través de sus servidores y, señala, su objetivo principal es hacer dinero mediante el análisis de los datos sobre los usuarios para compartir posteriormente esta información con los anunciantes.
Para Rushkoff, Internet “no es una red que ofrece oportunidades a empresas y campañas de marketing, sino que es algo mucho más grande”. Su idea es crear dos redes paralelas, una para bancos y gigantes del entretenimiento, y otra para la investigación académica, el discurso cívico y los artistas independientes. Esta segunda opción estaría a cargo de las universidades, si se quiere caminar en la dirección correcta.
Protección de la privacidad
Como se ha dicho, uno de los desarrolladores que irá a la cumbre será Eben Moglen, quien lidera un dispositivo llamado Freedom Box , y aunque no parece gran cosa, se trata de un aparato del tamaño de un libro de bolsillo que será capaz de ayudar a los usuarios de Internet a preservar su privacidad.
Es un servidor personal que automáticamente codifica los datos para evitar que personas no autorizadas los intercepten. La idea es crear unanube personal, un espacio de almacenamiento en línea para almacenar datos.
Moglen y su equipo de programadores están desarrollando el software bajo los auspicios de la Fundación Freedom Box, una organización sin ánimo de lucro, que planea liberarla bajo una licencia abierta.
En una entrevista, Moglen ha hecho hincapié en que los profesores deben enviar sus comunicaciones a través de su dispositivo. ¿La razón? “Dos palabras: William Cronon”.
El profesor Cronon, de la Universidad de Wisconsin en Madison, ha sido protagonista de un registro por parte de un grupo político. El Partido Republicano de Wisconsin pidió a la universidad que les enviaran un archivo de emails del profesor que contuvieran ciertas palabras clave. Esto sucedió después de que él escribiera una entrada en un blog hablando sobre cómo los grupos conservadores habían ayudado a crear una legislación muy controvertida.
Hoy en día y muy pocas personas, la gran mayoría profesores e informáticos, que utilizan la encriptación para salvaguardar sus datos de amenazas externas. Es por ello que todos los caminos se dirigen a que estas nuevas redes alternativas estén disponibles para el usuario de a pie.
Como dice el activista Thedoctor, “con que un solo nodo del Proyecto Bizantino permita que una persona acceda a los cursos digitales del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), todo el proyecto habrá sido un éxito”.
Por Maricar García
El Ciudadano.
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