El general Hernán Núñez Manríquez está emputecido con el ministro del Interior por sus declaraciones de la semana pasada, cuando señaló que debía “ser doloroso para algunas personas de derecha el haber sido parte de un gobierno que violó los Derechos Humanos”. Lo acusa, además, de pertenecer a un gobierno que incumplió las promesas hechas a los militares en prisión: este “no es el Chile que prometió Sebastián Piñera, y le queda muy poco tiempo”, sentencia.
Santiago, 20 de Julio de 2012
Sr. Ministro del Interior
Rodrigo Hinzpeter Kirberg
Presente
Rodrigo Hinzpeter Kirberg
Presente
En un programa televisivo nocturno de ayer o anteayer, usted reflexionó sobre el Gobierno Militar manifestando que “Yo no formé en ningún momento parte del gobierno de Pinochet. Yo nací el año 1965 y fui un cabro joven durante la dictadura”. Y entre otros aspectos,usted respondió al conductor que, referido a los dichos de Chadwick,de renegar del gobierno del Presidente Pinochet “pienso que debe ser doloroso para algunas personas de derecha el haber sido parte de un gobierno que violó los Derechos Humanos”.
Con el respeto que se le debe a su investidura, le expreso que Ud. fue un perverso en su respuesta. Perverso con los que tuvimos el honor de formar parte del Gobierno Militar, de los cuales algunos ocupan actualmente altos cargos al lado del Presidente Piñera; y canallesca su respuesta, con aquellos que actualmente están sentados en el Parlamento y que cooperaron con su entrega y eficiencia, a cambiarle la cara a este país después del gobierno de la U.P.
Unos y otros formados políticamente bajo la administración del Presidente Pinochet.
Ha sido disociador, nocivo y mal intencionado además, con millones de personas que recuerdan con aprecio y admiración la figura del Presidente Augusto Pinochet, y que habiéndole entregado su voto al actual Mandatario, están desilusionados del trato vejatorio que recibe su memoria con la permisividad y contemplación del gobierno. Aún más, le recuerdo que miembros de su comunidad, festejaban con cenas y galardones al Pdte.Pinochet en Hoteles “Galerías”,de calle San Antonio, de los cuales fui testigo, algunos de los cuales he visto, entregando ahora, recordatorios a miembros del gobierno actual.
El caso de los “arrepentidos” en política, no es nuevo. Resulta fácil renegar del Pdte. Pinochet después de muerto, eso sí, habiendo disfrutado hasta el momento de su deceso de las prebendas obtenidas al amparo de su administración. La terraza de su casa se hacía chica para que cupieran todos en la foto a su lado, y su anillo fue besado por verdaderas romerías a Londres. Los testimonios están ahí. Imborrables
Siempre surgen de la sombra de los regímenes, legiones de aprovechadores. Ayer, hoy y mañana.
Por eso parece torpe condenar el hecho de “haber sido parte de un gobierno que violó los Derechos Humanos”. No pensaban lo mismo – Ud. lo ignora porque tenía 8 años, según propia confesión – los ex Presidentes Frei Montalva o Patricio Aylwin, que justificaban la acción de las fuerzas militares ante el extremismo que entre los 60 y 80 legitimó la violencia.
¿Sabe cual es la diferencia entre los militares y los que condenan la violación de los derechos humanos?
Los militares hemos reconocido que se violaron los derechos humanos, y los políticos de izquierda que aherrojaron a su carro a la DC, tapan su culpa porque saltaron las rejas de las embajadas mientras jóvenes muchachos, cayeron defendiendo las ideas que les vendieron aquellos que fracasaron, y que no dieron la cara. Me lo reconoció Miguel Enríquez Ominami en una entrevista radial de hace 3 o 4 años.
Es increíble.Unos tienen un tosco memorial de cemento, y muchos de los otros, están sentados en el Congreso disfrutando de un buen pasar. Incluso los que internaron armas por Carrizal Bajo.
Habría sido justo por su parte, mayor amplitud en su repartición de dolores.
Es doloroso ver que un Presidente de la República no haya cumplido su palabra a uniformados en retiro que le dieron su voto bajo promesas de juicios justos, prescripción y otras; en una palabra, mirar hacia adelante como personalmente se los dijo.
Es doloroso ser Ministro del Interior y no poder controlar un conflicto como el de la Araucanía que tienen indignada a toda una Región, que se esconde, y que se ha ido de las manos. Es doloroso ser el ministro político y no poder poner de acuerdo ni siquiera a los partidos que “apoyan” al Presidente.
Es doloroso prometer el término de la delicuencia y que le roben el computador a un diputado de la Alianza a metros de él. Es doloroso ver la destrucción de Santiago semanalmente mediante las protestas.
Es doloroso ver como se violan los derechos humanos de nuestros Carabineros díariamente.
Es doloroso ver el “Caso Bombas” y su fracaso después del tremendo despliegue comunicacional.
Es doloroso ver que el Servicio Médico Legal no puede determinar las causas de la muerte de una criatura que cae a una quebrada hace unos días, y se esmera a realizar cualquier exhumación para comprobar causas de muerte de hace 40 años.
En fin, tantos dolores que sentimos los ciudadanos, el que hace cola en el Transantiago, al que le suben la bencina y el pan, el que viaja apretado en el Metro, al que le roban o asaltan, el carabinero que sale de su casa sin saber si volverá golpeado, humillado o muerto,al que le queman su casa en el sur, el gana $193.000; tan lejos del manido tema de los DD.HH., y que parece que no se perciben en el Patio de los Naranjos.
Finalmente Ministro, es doloroso ver que un gobierno que prometió reconciliación permita que la mentira permanente y constante, reviva las heridas, y que el olvido irremediable y justa de nuestra historia reciente, se instale en nuestro país casi constitucionalmente.
No es el Chile que prometió Sebastián Piñera, y le queda muy poco tiempo.
A mí, Usted me ha ofendido gratuitamente, y la democracia me permite decírselo abiertamente, por este medio.
No sé si otros – que acompañan al actual Gobierno y que conocí de Intendentes,Gobernadores, Alcaldes, Ministros, Subsecretarios, Jefes de Servicios y asesores en el Gobierno del Presidente Pinochet -, se siente igualmente ofendidos y piensan lo mismo.
Lo saluda atentamente.
Fdo.) Gral. Hernán Núñez Manríquez
Fuente: The Clinic
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