viernes, 6 de julio de 2012

AFRODESCENDENCIA: EL LADO INVISIBLE DE MÉXICO


Se estiman en 450.000 las personas que pertenecen a este grupo.

AFRODESCENDENCIA: EL LADO INVISIBLE DE MÉXICO

 Por Miguel Ángel Alanis Hernández
México

Para Prensa Gráfica Callejera

Mujeres aafrodescendientes mexicanas
El tiempo pasa lento para el reconocimiento de la pluralidad social en nuestro país. Hemos escuchado las diferentes voces que salen del olvido, para emprender el camino hacia la integración nacional, sin embargo, el gran sonido de las movilizaciones, no ha tenido el suficiente eco en las mentes de las y los habitantes, pues a pesar de que existen diferentes logros en el ámbito legal, académico e institucional, se sigue dejando de lado a una parte importante de la comunidad mexicana: la afrodescendencia

A través de los vientos, los pueblos indígenas han luchado  por conquistar un lugar dentro del Estado, para pronunciarse como actores fundamentales del entramado social y con el objetivo de emerger desde ese México profundo que los ha olvidado. De este modo, buscan que sus prácticas culturales sean valoradas e integradas en la legislación, su concepción del mundo sea respetado por las diferentes formas de pensamiento, y el territorio comunal -que es la base donde se constituyen los Derechos indígenas- tenga la misma legalidad que cualquier otra propiedad privada.

Tal parece que dentro de la construcción del imaginario social, se conciben dos grupos predominantes: por un lado se tiene a las y los mestizos y por otro lado a los pueblos indígenas. Bajo esta lógica se acepta de forma generalizada la  composición social, pero dentro de esta división se ha olvidado a un sector de la población, que influyo y sigue presente en los procesos históricos, culturales de nuestro país.

Desde la academia se empezó abordar el tema de la afrodescendencia con diferentes ópticas, en los estudios se hizo notar un vació predominante en el proceso histórico de las poblaciones negras, pues a pesar de que tuvieron una incidencia en los momentos más emblemáticos de las luchas sociales, como la Independencia y la Revolución, no se visualizan con facilidad en los textos oficiales. Tal parece que dichas poblaciones  son invisibles ante los ojos de las y los historiadores, pues la mayor cantidad de registros que se tienen de estas poblaciones  no se encuentra en el cuerpo académico sino en los escritos de la Iglesia y el Estado.

Con los estudios que se tiene hasta el momento, podemos decir que a diferencia de los pueblos originarios, los grupos afrodescendientes no tuvieron la misma oportunidad para reproducir sus prácticas socio-culturales en la Nueva España, ya que desde su llegada, traían impregnado la categoría de esclavo y esclava. Es preciso decir, que a pesar de que existió una restricción por parte de sus amos, no fue lo suficientemente opresor para liquidar la carga cultural de las y los procedentes de África.

A consecuencia de la relación amo-esclavo se le dio vida al racismo, una ideología que iba enfocada a legitimar la violencia de la que fueron parte las poblaciones negras, es este momento donde se empieza a relacionar lo “negro” con lo sucio, lo marginal, lo negativo y satánico. De forma contraria el “blanco” era concebido como lo bueno, lo limpio, lo bondadoso. Sería lógico pensar que esa ideología fue difuminándose progresivamente al paso de los años, pero no es así, actualmente las poblaciones afrodecendientes, se encuentran en condición de riesgo, dada su condición étnica-racial. Al ser un grupo vulnerable no se logra tener acceso a condiciones más favorables de bienestar, y continúan siendo un foco rojo de discriminación.

Es menester precisar que a pesar de que existen violaciones de los Derechos Humanos, situaciones de inequidad y discriminación, no se puede actuar de forma contundente, ya que los pueblos afrodescendientes se encuentran en una situación de invisibilidad, es decir no sólo hay un olvido por parte de los historiadores, sino también parte del Estado. Tal parece que los avances significativos que se tiene del reconocimiento de la pluralidad social en México, no son han sido suficientes para integrar a nuestra Tercera Raíz.

Al no tener el reconocimiento por parte del Estado, los pueblos afrodescendientes especialmente de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, reivindican su pasado histórico ya no desde una perspectiva cultural sino política, de esta manera articulan fuerzas con sociedades civiles y cuerpo académico, para construir el andamiaje de un sujeto colectivo de derechos, con la finalidad ser reconocidos ya no como sujetos individuales sino como pueblos afrodescendientes. En consecuencia, el Estado tendrá que voltear la mirada y valorar sus derechos de grupo minoritario, reconocer constitucionalmente la presencia de pueblos negros en su territorio, e integrar de forma responsable a la nación mexicana.

Joven afrodescendiente de la Costa Chica de Oaxaca, en México

El camino que han recorrido históricamente los pueblos negros en México  esta lleno de obstáculos, minado de discriminación racial y una violencia estatal que los niega como parte de la sociedad. Pero a pesar de los inconvenientes, las y los  afrodescendientes continúan arando el camino, cosechando semillas de justicia y reconocimiento, esperando que en un momento no muy lejano el trabajo colectivo que se empezó de frutos, de esta manera pasar de ser invisibles a visibles dentro de nuestro mosaico cultural. Al ser visibles ante nuestra sociedad y el Estado, se puede trabajar de forma más contundente y clara ante la discriminación prevaleciente en la que se encuentran dichos pueblos, asimismo se podrá valorar la riqueza de la pluralidad de nuestra sociedad. 



Editor: Tito Carreño

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