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La justicia argentina concluyó ayer un proceso emblemático que condenó al exdictador Jorge Rafael Videla a 50 años de cárcel por el robo sistemático de bebés durante la última dictadura militar (1976-1983).
Junto a Videla, primer gobernante del régimen de facto, se sentaron en el banquillo Reynaldo Bignone, último presidente de la dictadura, condenado a 15 años, y otros ocho represores sentenciados a penas de hasta 30 años.
Junto a Videla, primer gobernante del régimen de facto, se sentaron en el banquillo Reynaldo Bignone, último presidente de la dictadura, condenado a 15 años, y otros ocho represores sentenciados a penas de hasta 30 años.
La justicia consideró probada "la práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de niños menores de 10 años", en el contexto de un "plan general de aniquilación" contra parte de la población civil con el argumento de acabar con la "subversión" durante la dictadura militar.
En las puertas del tribunal, cientos de personas siguieron la lectura de la sentencia desde pantallas gigantes y estallaron en gritos de alegría al escuchar las sentencias.
Durante el proceso, que comenzó en febrero del 2011 como resultado de una denuncia presentada hace cerca de 15 años por Abuelas de Plaza de Mayo, se han dado los testimonios de víctimas y represores, como el propio Videla, que negó un plan sistemático de robo de bebés y llegó a afirmar que las madres "eran militantes activas de las maquinarias del terrorismo y muchas de ellas usaron a sus hijos embrionarios como escudos humanos al momento de ser combatientes".
Celebran
Entre las víctimas, Sara Méndez, detenida en 1976 en Buenos Aires por un comando que le arrebató a su hijo de 20 días.
Trasladada ilegalmente a Montevideo, estuvo presa cuatro años y medio y al recuperar la libertad se volcó en buscar a su hijo, a quien encontró en el 2002 adoptado por un expolicía argentino.
El juicio se ocupó también del caso de Macarena, la nieta del poeta argentino Juan Gelman, que fue localizada en el 2000 en Uruguay, donde nació mientras su madre estaba detenida, y que ayer se sumó a la celebración de las organizaciones humanitarias en Buenos Aires.
"Es una sentencia histórica que confirma el plan sistemático de robo de bebés y, en mi caso, se reafirman condenas de Videla y Bignone, es muy positivo. Empezar a ver las caras de los responsables es una señal de que la Justicia avanza", dijo en declaraciones a Efe.
"Esta causa es suficiente para demostrar que había un plan sistemático, para mí es algo muy positivo", insistió la joven.
También para Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, hay motivos para celebrar porque "hemos logrado que se reconozca que fue un plan sistemático, que tuvieron esa aberrante idea de que nosotros no íbamos a criar a nuestros nietos, pero viajamos por todo el mundo para encontrarlos".
Junto a Videla y Bignone, fueron condenados el exalmirante Antonio Vañek, sentenciado a 40 años, el excapitán de fragata Jorge Eduardo Acosta, a 30, y el exgeneral Ómar Riveros, a 20.
El tribunal también condenó al excapitán del Ejército, Víctor Gallo a 15 años de cárcel y a su exesposa, Susana Inés Colombo, a cinco; al antiguo prefecto Juan Antonio Azic, a 14 y al represor Jorge Magnacco, a 10.
Mientras, el exjefe de la Armada almirante Rubén Oscar Franco y el exagente de Inteligencia Eduardo Ruffo fueron absueltos.
El dato
Según estimaciones de organizaciones humanitarias, 105 niños robados durante la dictadura han recuperado su identidad, aunque aún hay cerca de 400 denuncias pendientes por casos similares y unas 300 familias han depositado datos en bancos de ADN con la esperanza de recuperar a sus hijos y nietos robados.
La cifra
30 mil personas detenidas clandestinamente desaparecieron durante la dictadura argentina, según estimaciones del Gobierno y organismos humanitarios
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