SANTIAGO.- Hace poco más de un mes Galia Diaz fue trasladada desde el Consejo Nacional de Cultura, ubicado en Valparaíso, hasta las oficinas del Consejo Regional de Cultura, en la ciudad de Quillota. Sin saberlo, el destino la estaba llevando a realizar el último viaje de su vida, ya que la visita a Juan Fernández era una promesa realizada por esta entidad regional el año recién pasado y ella fue una de las elegidas para esta representación en la Isla.
Pero las razones de este cambio de lugar de trabajo, son las que aún le duelen a su padre, el académico de la Universidad de Chile, Héctor Díaz, quien relató la verdadera pesadilla que habría vivido su hija, antes de, cómo el mismo llama, “el maldito viaje”, aquel que terminaría trágicamente con la vida de sus 21 pasajeros.
Héctor comienza su relato mostrando la admiración que siente por su hija, a quien califica como “una mujer maravillosa, una madre excepcional, profesional comprometida con la cultura de este país. Una persona que lo único que quería era que todos los chilenos compartiéramos nuestra generación de conocimientos y las razones del viaje a Juan Fernández era justamente esa para llevar a sus habitantes este mensaje de esperanza y fuerza”.
Sin embargo, aún cuando reconoce la felicidad que tenía Galia el día que abordó el Casa 212, no le dejan de doler las circunstancias que la llevaron a ese fatídico vuelo del 2 de septiembre.
“Le tocó a mi hija, pero en el fondo fue el resultado de un acoso laboral que yo denuncio y no tengo ningún reparo en hacerlo. Desde su ingreso al Consejo, hace muchos años, cuando aún funcionaba en Santiago. Desde esa época Galia, con una lealtad impresionante, soportando una serie de acciones en su contra. Pero esto tuvo su culminación con el arribo de este gobierno, cuando nombraron como jefa del área a la hija de la ex ministra de educación Mónica Jiménez, Macarena Barros Jiménez, quien apenas arribó al Consejo comenzó a ponerle pruebas a mi hija, y cuando se dio cuenta de la valía profesional de ella y que esto le iba a hacer sombra, comenzó a hostigarla, al punto de que le dijo ‘Galia, quiero que te vayas de esta área’.
El académico continúa su relato, contando que en ese momento, fueron sus propios compañeros de labores los que hablaron con el jefe de Recursos Humanos y le pidieron que no trasladaran a Galia, que no lo permitiera, porque esa división no podía prescindir de una profesional como ella.
“Cuando se enteró esta señora (Barros), tuvo que echar pie atrás. En paralelo esta mujer tenía que preparar un informe para el ministro Cruz-Coke, que en tres ocasiones le fue rechazado, y esta persona llegó donde Galia a pedirle por favor que le ayudara a elaborar ese informe. Mi hija lo hizo, a pesar de lo que había pasado y el informe fue aprobado por el ministro, lo que fue un verdadero robo intelectual. Luego tuvo la bajeza de comenzar a recorrer las oficinas del Consejo preguntando quién había tenido algún problema con Galia y juntó a algunos pocos y obtuvo los testimonios para reafirmar ahora de nuevo, que Galia saliera de ahí. Luego de eso, mi hija fue desplazada hacía la dirección regional de Valparaíso, y es en ese contexto es que surge este maldito viaje”.
IGUALMENTE FELIZ CON EL VIAJE
Pese a los problemas que tuvo Galia en el Consejo, nunca fue despedida, y como contaron algunos de sus compañeros de labores que ayer asistieron a su funeral, la joven tenía fuero maternal que la protegió de esta medida, la que sí afectó a muchos de sus colegas. Héctor Díaz cuenta que, a pesar de las circunstancias que la llevaron a trabajar en el regional de Cultura, igualmente su hija estaba feliz con sus nuevas labores y especialmente con este viaje a Juan Fernández.
“Estaba muy, muy contenta, no por un afán turístico, sino por la labor que iban a realizar. Ellas llevaban 25 kilos de libros, yo la acompañé y estuve en todo momento y le dije que me quedaba por si no la dejaban subir los libros. Llevaban los diplomas de un concurso literario que querían organizar, y si bien iban sin nombre, llevaban marcos y vidrios, porque decía que no sacaban nada con entregar un diploma, que después estos niños colgaran con un clavo en su pieza. Ella pensó en todo y te lo relato para que te des cuenta cuál era el grado de compromiso y de dedicación que tenia Galia con su trabajo”.
El docente dice que para honrar la memoria de su hija, quiere crear una fundación y terminar así el trabajo que ella quería realizar en el país, en los lugares más desposeídos, como Juan Fernández. “Estoy pensando en Iloca, Dichato, el Altiplano, comunidades mapuches, donde nosotros no estamos haciendo casi nada”.
“Esta es una idea que surge desde mis compañeros de la Facultad de Medicina y hablé con el rector y la decana y me ofrecieron ayuda. Es una iniciativa que apunta a la humanidad. No tengo todo definido y tengo una entrevista prometida con Luciano Cruz-Coke esta semana, para ver que el Consejo también esté involucrado en esto y se está acercando mucha gente pidiendo que los incorpore. Lo que haremos es concretar el ideal de Galia, que quería que la cultura llegara a los lugares más apartados. Y si no lo toma el gobierno, lo haremos nosotros y lo más importante es terminar la misión que ella iba a realizar a Juan Fernández”.
Héctor Díaz aclara que pedirá la ayuda del ministro, porque su rabia y denuncia no es contra él, sino contra las personas que dice, acosaron a su hija y la hicieron cambiar de trabajo.
“Yo no puedo declararme partidario de este gobierno, pero le comentaba a Luciano ayer que mi percepción acerca de él es distinta a la del resto del gobierno, sin saber que era el ministro mejor evaluado. Es una cuestión de intuición, porque viniendo él desde el mundo de la cultura, quiero tener la intuición de que es una persona distinta, que no es un político de tomo y lomo y me da la impresión de que puede ser distinto. Sé que él desmiente el acoso que sufrió Galia, y como yo tengo agendada una reunión con él, aclararé el tema, porque creo que invocaré esa imagen que me he estado formando de él. Está actuando políticamente, porque no puede aceptar que haya existido un acoso laboral y que no haya sido castigado. Yo no digo que tenga que quemar el Consejo, pero por lo menos que cuide la forma en cómo se dice las cosas y no decir ‘desmiento categóricamente’ algo, porque en el fondo hay que investigar".
PRENSA GRÁFICA CALLEJERA
Francisca E.
Francisca E.
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