A través de una carta publicada en el
diario El Mercurio,
el ministro del Interior, Andrés
Chadwick. embistió contra la directora del Instituto
Nacional de Derechos Humanos, Lorena Fries, por criticar al gobierno que
expresó no compartir los criterios de Gendarmería de la IX Región, que
autorizó un acto masivo en la cárcel de Temuco, dirigido por Celestino Córdova (imputado por el asesinato del
matrimonio Luchsinger-MacKay) por la ”celebración del año nuevo
indígena“.
“Si a un católico no
se le niega de profesar su fe, si en los centros penitenciarios se realizan
diariamente rituales religiosos evangélicos, ¿cuál sería la razón para negarles
a las personas que pertenecen al pueblo mapuche la realización de su ritual, independientemente
del delito del que se los acusa? Por más condenable que sea el crimen que
cometa una persona -y en este caso aún no hay condena-, esto no precluye el
ejercicio de otros derechos, que no sea la privación de libertad”, dijo Fries
también a través de una misiva a El Mercurio.
“Parece que la directora olvida que hace solo seis meses
se cometió un crimen atroz en La Araucanía, en donde un
matrimonio de la tercera edad fue quemado vivo, muriendo totalmente calcinados
y destruidos todos sus bienes bajo el fuego. Olvida que el único imputado por
la fiscalía regional como autor del delito terrorista de incendio con resultado
de muerte es precisamente quien encabezaba la celebración masiva en su lugar de
detención. Olvida que dicho crimen ha generado un dolor inconmensurable a la
familia del matrimonio Luchsinger-MacKay, entre ellos sus cinco hijos y nietos.
Olvida que dicho acto terrorista ha generado una gran conmoción social en dicha
zona trayendo temor e inquietud a la población. Olvida el derecho a la vida de
aquel matrimonio indefenso y el derecho a la dignidad y el respeto por el dolor
de sus familiares” dice Chadwick en referencia a Fries.
Y el ministro agrega:
“Me pregunto cuál sería la reacción de la directora si en algún penal del país
se hubiese permitido una acto masivo religioso dirigido por un sacerdote
imputado por gravísimos delitos de abusos sexuales de menores o un ex militar
que encabezara un masivo acto de celebración de una conmemoración militar
estando imputado por gravísimos delitos de violación a los derechos humanos….”.
Más adelante Chadwick agrega
que la directora del INDH no dimensiona el dolor de los Luchsinger-MacKay
porque “nunca ha tenido ni siquiera un minuto para visitar a los hijos del
matrimonio, preguntarles por los hechos, sus circunstancias, sus dolores como
víctimas, sus necesidades de justicia o de acompañamiento o solidaridad de
dicho Instituto, perteneciente a todos los chilenos”.
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