Desde la extrema izquierda a la derecha nacionalista, todo el espectro político turco se unió el sábado para invadir la plaza Taksim y festejar al grito de"¡Dictador dimisión!" la derrota frente a la calle del primer ministro Erdogan. Todos expresaron la cólera acumulada contra la política del Ejecutivo, exacerbada además por la violenta represión policial durante las jornadas de protestas.
"Estas manifestaciones no son obra de un puñado de militantes o de una organización, sino la expresión de una generalizada frustración de gente de todas las corrientes políticas", asegura el politólogo Ilter Turan, de la Universidad privada Bilgi de Estambul.
"Es un movimiento popular sin precedentes, súbito, (...) producto de la frustración y la decepción de los sectores laicos de la sociedad, que carecen de influencia sobre la vida pública desde hace 10 años", afirma por su lado Sinan Ulgen, de la fundación Carnegie Europe.
El islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), llegó al poder en 2002, en una Turquía exhausta por una crisis financiera y por la inestabilidad política generada por las intervenciones de los militares en la vida pública.
En diez años, su gobierno ha logrado multiplicar por tres el ingreso por habitante gracias a un crecimiento que superó el 8% en 2010 y 2011, generalizó el acceso a la educación o la salud, y relegó al ejército a los cuarteles.
Pero también hizo ingresar a la religión en el espacio público, ante la inquietud de los defensores de la República laica. El velo islámico ha sido autorizado en algunas universidades. El pianista, Fazil Say, fue condenado por blasfemia por una serie de tuits en los que ironizaba sobre la religión musulmana. La semana pasada, el gobierno hizo votar una ley que prohíbe la venta de alcohol cerca de las mezquitas y las escuelas. La lista es larga, sin contar con los intentos por limitar el derecho al aborto o prohibir el adulterio.
UN NUEVO SULTAN
Numerosos manifestantes en Ankara o Estambul, u otras ciudades del país, expresaron su molestia ante un poder que, dicen, quiere "imponerles una forma de vivir". Por su parte, la izquierda y la extrema izquierda, también denunciaron la represión ejercida por las autoridades durante las manifestaciones, bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, con cerca de mil personas detenidas.
Todos acusan a un poder cada vez más autoritario, amparado por sus éxitos electorales. Frente a una oposición totalmente superada, el partido de Erdogan ganó las elecciones generales de 2007 y 2011, con 47% y 50% de los votos respectivamente.
Obligado por las normas del AKP a renunciar a la jefatura de gobierno en 2015,Erdogan no esconde su ambición de aspirar el próximo año al cargo de presidente, que será electo por primera vez mediante sufragio universal.
Sus adversarios ya aluden a un "nuevo sultán", y a sus faraónicos proyectos lanzados los últimos meses para Estambul, como un tercer puente sobre el Bósforo o un futuro aeropuerto gigante en la ciudad.
CAMBIO DE SITUACIÓN
Algunos esperan que los recientes acontecimientos hayan cambiado en algo la situación. "La ola de protestas en la plaza Taksim ha afectado por primera vez la imagen todopoderosa del primer ministro", escribió hoy el editorialista Murat Yeykin, del Hürriyet Dailynews.
Durante un discurso pronunciado hoy, Erdogan no parecía sin embargo muy afectado. "Si llaman dictador a alguien que sirve al pueblo ¿qué puedo hacer yo" lanzó, con ironía.
Un total de 939 personas fueron detenidas desde el pasado viernes en la violenta ola de protestas en Turquía, según datos oficiales del ministerio del Interior turco, informan este domingo las emisoras locales.
Las detenciones se produjeron en 90 manifestaciones diferentes en todo el país, desencadenadas por una protesta en Estambul para salvar un céntrico parque de la destrucción.
Según esta fuente oficial, parte de estos detenidos ya han sido puestos en libertad, mientras que al menos 79 personas han resultado heridas en los enfrentamientos.
Después de tres días de tensa acampada en el parque y dos de enfrentamientos policiales que acabaron el sábado por la tarde con la retirada de las fuerzas de orden de la simbólica plaza de Taksim, los manifestantes estuvieron celebrando su "victoria" hasta altas horas de la noche.
El domingo ha amanecido sin violencia y sólo la lluvia ha obligado a numerosos manifestantes a dejar la plaza ya por la mañana, mientras que otros continúan en el parque donde intentan realizar labores de limpieza.
subirExigieron la dimisión del Gobierno
El desalojo forzoso de los manifestantes en el parque Gezi de Estambul en la madrugada del viernes por parte de la policía turca hizo estallar la situación.
Decenas de miles de personas salieron a las calles para enfrentarse a las fuerzas del orden y pronto exigieron la dimisión del Gobierno, en manos del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), islamista moderado.
De ahí las protestas se propagaron a otras ciudades, sobre todo a la capital Ankara, donde también miles de personas, en su mayoría estudiantes, se enfrentaron a la policía.
La violenta represión policial, con gases lacrimógenos y carros lanza agua para dispersar a los manifestantes, fue criticada por organizaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que calificaron la reacción de la policía de "excesiva".
En una nota emitida el sábado, Amnistía Internacional señaló que se había informado sobre "un millar de heridos y al menos dos muertos", aunque este último dato no ha podido ser verificado y el Ministerio de Interior ha negado que haya muertos.
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