Múltiples denuncias de desnudez forzada y violencia
genérica de parte de Carabineros contra estudiantes secundarias detenidas tras
los desalojos de los liceos de Santiago ha recibido Corporación Humanas.
Estos se sumarían a los casos de una menor de edad y una
universitaria, en los que la organización de derechos humanos de mujeres
presentó querellas por violencia sexual policial.
Santiago, Antofagasta, Rancagua y
Calama son algunas de las ciudades donde se han denunciado hechos similares, en
los que estudiantes han denunciado tocaciones indebidas de carabineros en las
comisarías y en los vehículos policiales. Esto ocurriría cuando han sido
detenidas por participar en movilizaciones estudiantiles. Algunas
de las acusaciones son desnudez forzada en los baños de las unidades policiales
y obligación de hacer ejercicios en esa condición, incluso durante su periodo
menstrual, maltrato verbal, insultos, golpes y amenazas.
En tanto, una joven declaró que varios efectivos policiales
le propinaron lumazos, le pegaron en su órgano sexual y se bajaron los
pantalones delante de ella, frotándole sus genitales en la cara y en el cuerpo,
durante su traslado a la Comisaría, lo que duró más de tres horas.
En enero pasado, Corporación Humanas interpuso una querella
criminal en contra de quienes resulten responsables de violencia sexual
cometida en contra de una estudiante secundaria de 14 años, detenida por
Fuerzas Especiales de Carabineros durante la instalación de un campamento en la
ribera del río Mapocho.
Asimismo, en junio se presentó otra querella por aplicación
de apremios ilegítimos por parte de la policía, en contra de una estudiante
universitaria durante una manifestación de apoyo a la educación y al movimiento
por Aysén.
Carolina Carrera, presidenta de Corporación Humanas,
sostuvo que en los dos casos en que se presentaron querellas, se vuelve a
constatar un patrón de agresión de carabineros hacia jóvenes estudiantes
mujeres, que tiene un fuerte componente de violencia sexual.
“Esta forma específica de represión se ha constituido en un
patrón de conducta policial hacia las mujeres estudiantes, por su condición de
género”, sostuvo Carrera.
“Los abusos policiales que se han generado en las
movilizaciones estudiantiles en el caso de las mujeres, tienen una marcada
connotación sexual, constitutiva de una violación a los derechos humanos de las
mujeres consagrados en tratados internacionales”, afirmó la Presidenta de la
ONG.
Carrera agregó que la persistencia de esta violencia se debe
a que este tipo de agresiones gozan de invisibilización e impunidad. “Las
autoridades no las previenen, no las investigan ni sancionan a los
responsables”, dijo.
Por su parte, la propia abogada de Corporación Humanas que
ha llevado los casos, Patricia Rada, sufrió una agresión sexual de un
funcionario policial cuando ella lo encaró por la excesiva violencia con que
reprimía a los/as estudiantes, durante la manifestación de los secundarios que
no fue autorizada en la segunda semana de agosto.
“Cuando confronté a un funcionario policial diciéndole que
era abogada y que estaba haciendo uso desmedido de la fuerza contra los
estudiantes, éste me dijo ´ándate pa’ la casa a cuidar a los niños´.
Posteriormente, otro carabinero me empujó con su escudo, luego lo hace a un
lado y me empuja con sus manos, agarrándome los senos”, señaló la profesional.
Patricia Rada explica que la violencia sexual que
Corporación Humanas ha denunciado, se ejerce contra las mujeres por el hecho de
serlo.
Asimismo, la abogada recordó que el Estado chileno debe
respetar la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer (conocida como Convención de Belem Do Pará), vigente
en Chile desde 1998.
Ésta prohíbe la violencia física, psíquica y sexual en
contra de las mujeres, tanto si ocurre en el espacio público como privado, en
particular si es cometida o tolerada por el Estado o sus agentes.
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