"No queremos, no nos da la gana otra termoeléctrica en Atacama". Ese era el canto con que iniciaba la marcha contra la central Punta Alcalde, de Endesa, que reunió a más de un centenar de pobladores de Huasco en protesta por la aprobación que dio el Comité de Ministros a la carbonera más grande de Chile.
Los 740 MW que inyectará la iniciativa al Sistema Interconectado Central (SIC) -el de mayor relevancia del país, pues abastece a más del 90% de la población- equivalen a un 12% de la demanda por energía desde Taltal a Chiloé. Sus dos unidades, se sumarían a las cuatro que están operativas en la central Guacolda (152 MW cada una), localizada en la misma ciudad.
De construirse Punta Alcalde, que estaría operativa en 2018, sumado a una nueva unidad térmica en Guacolda, la capacidad instalada en la Región de Atacama crecería de los actuales 1.132 MW hasta 2.000 MW. De ese total, un 75% se emplazaría en Huasco.
"No queremos otra termoeléctrica en la zona, no podemos seguir contaminándonos", opina uno de los voceros de la brigada SOS Huasco, Juan Carlos Labrín, organización medioambiental que lidera la oposición en la comuna. Labrín comenta que se opondrán a cualquier nueva fuente emisiones, sin importar las compensaciones propuestas por la compañía.
En este caso, Endesa alcanzó un acuerdo con la planta de pellets de fierro de la Compañía Minera del Pacífico (CMP, filial del grupo CAP) consistente en la instalación de un precipitador electrostático para la fábrica ubicada en Huasco. Con ese dispositivo, asegura la empresa, disminuiría el material particulado y, pese a la construcción de una nueva central, la comuna tendría un aire más limpio.
Esas mitigaciones, dicen en Endesa, sacarían a Huasco de la "zona de latencia" decretada en mayo por el ministerio del Medio Ambiente luego de que se evaluaran las concentraciones anuales de tres años consecutivos (del 2007 al 2010) y en las que el promedio aritmético de las mediciones dieran por resultado la condición de latencia, es decir, que las concentraciones de material particulado alcanzan un 80%.
En la calle, rechazo a Punta Alcalde no es unánime
La contaminación es un tema de discusión para las más de 7 mil personas que viven en Huasco, comuna costera en la que se lleva una vida tranquila, aunque su economía basada en la pesca artesanal y agricultura, especialmente olivos, ha cambiado hacia la industrialización y la minería.
Durante la manifestación contra la termoeléctrica, un agricultor de la zona comenta su preocupación por los efectos que tendría una fuente emisora de material particulado en sus cultivos de aceitunas. Andrea Páez, huasquina que trabaja como asesora del hogar en Vallenar, dice estar en contra a una nueva central "porque la contaminación ya es mucha, se nota al limpiar un vidrio o una planta todos los residuos contaminantes que quedan y que también nosotros respiramos".
Por su parte, el alcalde de Huasco, Rodrigo Loyola, dice que en la zona existe "decepción ante la decisión de los ministros de aprobar un nuevo proyecto termoeléctrico después que ha sido rechazado por la comunidad desde que ingresó a evaluación ambiental, hace más de tres años".
Sin embargo, algunos vecinos sí apoyan la iniciativa. Silvina Núñez, tiene un carro de comida rápida en el centro de la comuna, llegó hace un par de meses en busca de trabajo desde el sur, y dice que le ha ido bien, por eso está a favor de la construcción de la central. "Si se hace, avanza el país, pero también hay trabajo para la gente. Muchos están cesantes pueden venir del sur, igual que yo, y necesitan encontrar pega", sostiene.
Pedro Rivera, vecino de la comuna, opina "si Punta Alcalde cumple con todas las normas medioambientales, se debe construir, así se asegura que Huasco siga con trabajo".
El plan de Endesa para revertir el rechazo
En septiembre de 2011 Endesa comenzó con un plan de relacionamiento comunitario en Huasco para revertir el rechazo que genera en algunos sectores la central. Así, establecieron un equipo permanente en terreno para contactarse con organizaciones sociales y autoridades locales, provinciales y regionales. Con ellos organizan reuniones informativas sobre las características técnicas, ambientales y estado de avance del proyecto. También, instalaron una oficina abierta a los vecinos en Huasco.
Luego de la aprobación de los ministros a la termoeléctrica, comentan que reforzarán su tarea informativa. Entre otros puntos, para explicar el acuerdo con CAP y conversar con la comunidad sobre los fundamentos que consideró el Comité de Ministros para aprobar el proyecto.
Otra de las estrategias de la compañía en su relación con la comunidad fue la creación de un plan de compensaciones. Para la etapa de construcción, la firma comprometió mejoramiento de infraestructura en colegios, consultorios y capacitación de mano de obra. Y para la fase de operación, Endesa dispondrá recursos para proyectos de desarrollo comunitario y microemprendimiento, y apoyo a través de becas y programas de educación.
¿Tener o no termoeléctricas?
"Tenemos aire, tenemos sol. ¿Para qué usar carbón?". Esa era otra de las consignas vociferadas por los opositores a Punta Alcalde durante las manifestaciones en la ciudad.
Sin embargo, en la matriz del SIC existe un predominio de la termoelectricidad. En octubre de este año, 58,8% de la energía producida en el sistema provino de termoeléctricas, de acuerdo del informe elaborado por Systep.
En relación a la capacidad instalada de generación, según cifras del portal Central Energía, hay 1.401 MW a carbón, correspondiente a un 11% del total, existiendo otras tecnologías térmicas con mayor capacidad. Por ejemplo, el gas natural representa un 24% y derivados del petróleo un 15%.
Según expertos, las carboneras presentan un elevado factor de planta (el tiempo real en el que entregan energía) el que supera el 80%, mientras que tecnologías como la eólica este factor es menor al 30%.
La entrada en operación de Punta Alcalde, proyectan, disminuirá los costos marginales de la electricidad. Un indicador relevante para la gran industria, en especial la minería, que cuenta con contratos donde se incluye este indicador que hace referencia al costo de la puesta en funcionamiento de la central más ineficiente del sistema.
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