Confirmando el suicidio voluntario y sin intervención de terceros, el ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, dictó ayer el sobreseimiento definitivo de la investigación por la muerte del Presidente Salvador Allende, ocurrida el 11 de septiembre de 1973 en La Moneda.
Así lo dice la resolución, donde el ministro Carroza acordó el sobreseimiento total y definitivo de la causa.
“La muerte del Presidente Salvador Allende Gossens provienen de un acto deliberado en el que, voluntariamente éste se quita la vida y no hay intervención de terceros, ya sea para su cometido como para su auxilio, estimándose en consecuencia que estos no serían constitutivos de delito”, dice la conclusión del fallo.
Junto a eso, el magistrado redactó un relato de los hechos ocurridos la mañana de ese martes y despejó las tres hipótesis de muerte de Allende. Según el relato, antes de llegar al Palacio de La Moneda -poco antes de las ocho de la mañana, Allende ya había sido comunicado que la Armada de Chile se había sublevado y que junto al resto de las Fuerzas Armadas preparaban un Golpe de Estado.
En la casa de gobierno sostuvo una serie de reuniones con sus colaboradores para tomar las medidas necesarias:
“Aproximádamente las 09:30 horas y a solicitud del Edecán Aéreo Comandante Roberto Sánchez Celedón, el Presidente Allende se entrevistó con los tres Edecanes en el Salón privado del despacho, donde éste le corroboró la situación de sublevación de las Fuerzas Armadas al poder político, y lo instó, a requerimiento de sus superiores para hacer abandono del palacio presidencial, manifestándole incluso que la Fuerza Aérea de Chile tenía dispuesto un avión para su salida del país y que él, personalmente, lo iría a dejar de acuerdo a las instrucciones recibidas de su institución.
Acto seguido, el Edecán Militar Teniente Coronel Sergio Badiola B. le habría manifestado la necesidad de evitar toda resistencia ya que las Fuerzas Armadas y Carabineros actuarían coordinadamente si no deponía su actitud y que todo sacrificio sería inútil, dada la grave situación que se vivía. Posteriormente usó la palabra el Edecán Naval Capitán de Fragata Jorge Grez Casarino, haciéndole ver la inutilidad de toda resistencia.
A todo lo anterior, el Presidente manifestó que no se entregaría, pero que podría conversar con los Comandantes en Jefe si se establecían condiciones propicias, mensaje que confiaba a sus Edecanes, pero que, en todo caso, él ya había tomado una determinación y ella era que no se entregaría, y de acuerdo al relato de los intervinientes, éste habría efectuado un gesto mostrando la metralleta que tenía en su mano, señalando que con ella se defendería hasta el final.
Acto seguido, ordenó a sus Edecanes que regresaran en forma inmediata a sus Instituciones, comunicándolo en voz alta a funcionarios de Gobierno que se encontraban en la salida, de manera que ninguno de estos obstaculizara su salida. Asimismo, el Presidente recibió en la Sala de su Despacho y en una audiencia pública al entonces General Director de Carabineros, José María Sepúlveda Galindo, preguntándole qué conocimiento tenía él de los hechos que se estaban produciendo, informándole haber recibido una comunicación telefónica de la Ayudantía de la Dirección General, en que se le manifestaba que se había sublevado la Marina en Valparaíso. Posteriormente el General Sepúlveda permaneció por espacio de cuarenta y cinco minutos en las oficinas de la OIR, y luego regresó a la Guardia de Palacio, saliendo desde allí en dirección al Club de Carabineros, cuando eran aproximadamente las once de la mañana, hecho que coincide con la retirada de la escolta de palacio, quedando en el lugar de esa Institución solamente la Guardia Presidencial, la que al final también se retira al incorporarse Carabineros a las acciones que intentaban las Fuerzas Armadas.
Al sentirse ruido de tanques y disparos en la calle, los Ministros presentes le solicitaron al Presidente Allende que se trasladara al Salón Toesca, el que por su ubicación, ofrecía mayor seguridad.
Al disponer las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile que todas las personas que se encontraban en el interior del Palacio procedieran a desalojarlo, bajo amenaza de atacarlo por aire y tierra, el Mandatario dispuso la evacuación de las mujeres. Que, de manera paralela, se designó una delegación de personeros para efectuar un parlamento con los militares que se encontraban en el Ministerio de Defensa, los que acudieron a ese recinto y fueron detenidos.
Ante la negativa de desalojo del resto de los ocupantes del Palacio Presidencial, a las 11:50 horas se produjo el ataque aéreo y terrestre en su contra, a cargo del Grupo N°7 de la Fuerza Aérea de Chile, acción que provoca el incendio inmediato del recinto y las destrucción parcial de las instalaciones del segundo piso”.
El suicidio
“El Presidente Salvador Allende, quien portaba para su defensa un casco y una metralleta, sube al segundo piso de La Moneda con todos los que lo acompañaban y atendida la situación de peligro que se vivía y con la finalidad de evitar la pérdida innecesaria de vidas, les ordena su rendición y la salida inmediata del Palacio, acordando que el grupo formara una columna que iría avanzando desde el pasillo del segundo piso hasta la puerta de calle Morandé 80, donde los esperaban los efectivos militares. El Mandatario, luego de ordenar el abandono del lugar, se retira hasta el final de esa fila y se dirige al “Salón Independencia”, cerrando la puerta. Una vez en su interior, se sienta en un sofá, coloca el fusil que portaba entre sus piernas y apoyándolo en su mentón, lo acciona, falleciendo en forma instantánea producto del disparo recibido. Su cuerpo a consecuencia de esta acción, quedó en una posición tal que su cabeza se cargó hacia la derecha e inclinó sobre el tórax. La bóveda craneana tuvo una pérdida importante de masa encefálica que queda disgregada en el suelo y en el muro ubicado a sus espaldas.
De manera casi inmediata, por razones personales, ingresó al salón uno de los doctores que conformaba el equipo de médicos del mandatario, quien logra apreciar la escena en forma paralela a su desarrollo, y confirma su fallecimiento.
Posteriormente, y habiéndose iniciado la evacuación y rendición del resto de ocupantes de La Moneda, miembros del Ejército suben al segundo piso e ingresan al salón presidencial, oportunidad en que advierten la existencia del cadáver del mandatario acompañado por el Doctor Carlos Guijón Klein, el que luego de identificarse narra los hechos que le correspondió apreciar.
A su vez, quienes integraban el grupo que abandonaba el Palacio de la Moneda, se rinden a los militares, son detenidos y formados en las afueras de la entrada de calle Morandé 80 y finalmente, salvo excepciones, trasladados al Regimiento Tacna.
Producto del incendio que se desarrollaba en el palacio presidencial, luego del ataque con cohetes efectuado por la Fuerza Aérea, llegaron al lugar cerca de las 14.00 horas, voluntarios de diversas Compañías de Bomberos, quienes acudieron al llamado de su Comandancia, disponiéndose el trabajo de algunas unidades en el segundo piso para evitar la propagación del fuego. A esas alturas, el palacio presidencial ya estaba ocupado íntegramente por los militares y no quedaba ningún colaborador del Presidente en su interior, sólo el cadáver de éste, en el interior del salón Independencia custodiado por efectivos del Ejército.
El encargado Militar del ataque a La Moneda, dio instrucciones para la presencia de personal del Laboratorio de la Policía Técnica de la Policía de Investigaciones de Chile y de la Brigada de Homicidios, quienes se apersonaron en el salón Independencia aproximadamente a las 16.00 horas y efectuaron las diligencias necesarias para la identificación del cadáver, las respectivas en relación al sitio del suceso y el arma utilizada. Acto seguido y habiéndose requerido por las autoridades militares, se dispuso el traslado del cadáver en una ambulancia de la institución hasta el Hospital Militar para la práctica de su autopsia, la cual se verificó en el Pabellón de cirugía del departamento de Otorrinolaringología, a las 20.00 horas, y fue practicada por un equipo del Servicio Médico Legal dirigido por el Médico Legista doctor Tomás Tobar Pinochet, en presencia de los Jefes de los servicios de sanidad de las Fuerzas Armadas y de Carabineros de Chile. A esta diligencia, también concurrió el Fiscal Militar de la Primera Fiscalía de Ejército, quien se hizo cargo de la investigación por los hechos de los cuales se le había dado cuenta”.
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