Durante el mes de Julio de 1975 salieron publicadas en diversos medios de prensa extranjera y nacional dos listas con 119 nombres de compañeros Chilenos que supuestamente habían muerto en enfrentamientos producto de rencillas internas. Civiles y militares se habían confabulado para realizar un montaje mediático que pretendía ocultar los crímenes que habían la inteligencia del gobierno militar cometido contra los 119 Chilenos. Reparticiones estatales y empresas privadas proveyeron soporte para crear y financiar la farsa de "Exterminados como ratas" por la Segunda de la época.
La mentira fue avalada y difundida por periodistas de TV nacional Julio López Blanco y Claudio Sanchez; y los medios de prensa escritos y de televisión que siguen existiendo hasta hoy sin asomo de arrepentimiento. Especial indignación produce el caso de Agustín Edwards, propietario de El Mercurio, quien obtuvo financiamiento de EEUU para desarrollar su instigación golpista y el encubrimiento de los crímenes de la dictadura.
Tras 39 años, la impunidad continúa y se reproduce con los luchadores sociales de hoy. Aunque la dictadura concluyó y Pinochet murió sin ser juzgado, la Operación Colombo sigue siendo motivo de vergüenza para la dignidad nacional, especialmente porque a pesar del tiempo transcurrido siguen existiendo prácticas similares en la actuación policial y en algunos medios de prensa. Ni la tortura ni el montaje han dejado de ser recursos del estado chileno, lo cual indigna al alma nacional.
El día de hoy 24 de julio alrededor de las 13:00 hrs caminaron más de una decena de personas que portaban carteles con imágenes de cada una de las victimas, 119 hombres y mujeres detenidos desaparecidos en la llamada Operación Colombo, 119 victimas de los aparatos represores del gobierno militar.
Los asistentes caminaron alrededor de la moneda, dando vueltas para imponer en las miradas de los transeúntes los casos-crímenes de estado que se constituyen en impunidad hasta la actualidad, entre las imágenes estaban la de José Huenante.
La acción que se llevó a cabo este jueves tuvo como eje principal denunciar los montajes que la prensa establecida de televisión y escrita, han hecho hasta el día de hoy impere en Chile y a su vez movilizarse contra la inercia frente a la impunidad a su vez exigir el traslado a cárceles comunes a los torturadores y asesinos de lesa humanidad.
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